La Habana., El Consejo de Estado de Cuba anunció ayer que pondrá fin al Instituto de Radio y Televisión (ICRT), creado en 1962, en un cambio que propone “fomentar la cultura del diálogo y el consenso en la sociedad”. El organismo que controla las emisoras será sustituido por una entidad de información y comunicación social.
De acuerdo con la Gaceta Oficial, la medida obedece a la ausencia de un organismo que conduzca y controle el sistema de comunicación social en la isla y para “contribuir a fomentar la cultura del diálogo y el consenso entre la población”.
El pasado 11 de julio, en el contexto de protestas antigubernamentales incitadas desde Estados Unidos, un grupo de jóvenes se manifestó frente a la sede del ICRT, y reclamó, sin éxito, exponer ante las cámaras los motivos de las movilizaciones.
Los manifestantes dijeron haber sido golpeados y arrojados a un camión de basura por personal del instituto, en el cual los trasladaron a un centro de detención, de donde fueron liberados al día siguiente.
Este cambio se ordena luego de la promulgación de un decreto que prohíbe la difusión de noticias falsas y la incitación a la violencia. El profesor de derecho constitucional Yuliesky Amador declaró a Prensa Latina que esta iniciativa no impide la libertad de expresión, y explicó que el objetivo de la nueva normativa fue tergiversado por las mismas personas que usan las redes sociales para las campañas de subversión contra el gobierno de la isla.
En opinión del experto, la nueva ley no prohíbe las publicaciones o interacciones en las redes sociales, sólo “pone límites a los contenidos que por su carácter ofensivo atentan contra el Estado cubano y los ciudadanos”.
En tanto, Carlos Lazo, cubano-estadunidense, quien sirvió como soldado en Irak y caminó 2 mil kilómetros, desde Miami hasta Washington con el fin de exigir al presidente Joe Biden cumplir su promesa de mejorar las relaciones con Cuba, se encuentra en esta capital.
El activista, líder del proyecto Puentes de Amor, dijo en exclusiva para Cubadebate que Biden tenía la intención de levantar sanciones contra Cuba, pero que sus asesores lo convencieron de que complacer al sector conservador anticubano le garantizaría ganar el apoyo del sur de Florida.