Puerto Príncipe., La situación en el sur de Haití es preocupante, a 10 días del terremoto de magnitud 7.2, reconoció ayer el premier, Ariel Henry, en momentos en que la tensión de las familias que sobrevivieron aumenta, al enfrentar una difícil situación con poco acceso a alimentos, agua y otros insumos, lo cual genera escenas de caos en las zonas afectadas.
Henry, quien cumplió su primer mes en el cargo el pasado viernes y tomó posesión tras el asesinato del presidente interino Jovenel Moïse, el 7 de julio, aseguró que su gobierno es consciente de la situación y señaló que actualmente tienen el desafío de reconstruir la zona sur, que fue devastada por el huracán Matthew en septiembre de 2016.
Dos mil 207 personas murieron por el terremoto, más de 12 mil resultaron heridas y 300 están desaparecidas en los departamentos Sur, Grand Anse y Nippes.
“La violencia ha aumentado y la desesperación hace que las personas asalten los carros de ayuda”, relató a la agencia de noticias Sputnik un residente de Le Cayes.
Para algunas de las familias que perdieron sus hogares la asistencia ha sido lenta, a pesar de los esfuerzos del gobierno por distribuir lo que llega al aeropuerto de Puerto Príncipe desde Venezuela, España, México, Chile y otros países.
“En 2016, cuando pasó el ciclón Matthew, veíamos más ayuda por las calles, pero ahora yo veo más temor por los asaltos a los camiones, la gente tiene mucha necesidad y los comerciantes también se aprovechan de eso”, comentó el médico cubano José Ferrer.
El gobierno estudia la apertura de puentes aéreos desde la capital hacia las áreas devastadas para evitar los asaltos durante la traslado de ayuda, y también para llegar a las comunas que quedaron incomunicadas.
La portavoz de la policía, Marie Michelle Verrier, informó de la creación de un comité cuya principal misión “es vigilar el paso de la ayuda humanitaria destinada al extremo sur del país” y pidió a la población denunciar casos de secuestro y otros delitos.