Ciudad de México. Las renuncias tributarias, es decir los gastos fiscales, en México alcanzan en 2021 el mayor saldo desde que hay registro, y más de dos terceras parte de esa pérdida de ingresos asumida por el fisco se debe a decretos presidenciales —no necesariamente emitidos en la actual administración— que dan un trato preferencial a algún sector económico o de la población, documentó Ethos, una asociación civil.
Al evaluar el curso de los gastos fiscales entre 2012 y 2021, la organización consigna que para este último año se estima una pérdida recaudatoria por 994 mil 368 millones de pesos. Este dinero equivale a 16.4 por ciento de los ingresos presupuestales previstos para el mismo periodo y a 4.1 por ciento del producto interno bruto (PIB).
Los gastos fiscales son tratamientos diferenciales a un grupo de contribuyentes, que modifican la tasa efectiva que pagan de impuestos; entre ellos se cuentan deducciones, exenciones, regímenes especiales y diferimientos. En teoría tienen el objetivo de promover la inversión, disminuir el desempleo o incentivar el consumo de ciertos bienes.
Sin embargo, se requieren políticas de seguimiento y evaluación para ver si realmente el beneficio de extender subsidios a las empresas reditúa con inversión y generación de empleo, coincidieron especialistas, en una conferencia virtual.
Los gastos fiscales representan una parte considerable de la actividad económica de los países, pero no hay garantía de que el eliminarlos aumente los ingresos, explicó Ricardo Fenochietto, economista en el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Si se pudiera eliminar todo este gasto tributario, eso no va a implicar un incremento de la recaudación en la misma magnitud”; más allá de aspectos metodológicos, porque no se sabe cómo responderá el contribuyente. En ese sentido, se requiere dar un seguimiento directo por empresa, como ya lo hacen algunos países, para evaluar beneficios directos de los gastos tributarios, contra costos, comentó.
Daniel Álvarez, especialista en sector público para la Unidad de Política Fiscal y Crecimiento Sostenido del Banco Mundial (BM), agregó que bien diseñados y evaluados los gastos tributarios pueden ser de utilidad para paliar los efectos de la pandemia, al impulsar la actividad económica con inversión y creación de empleo, rubros afectados por los cierres del año pasado.
Sin embargo, Fernando Peláez Longinotti, consultor para el Centro Interamericano de Administraciones Tributarias, explicó que los gastos fiscales son insuficientes para llegar a todos los sectores afectados por la pandemia. En muchos países las restricciones de movilidad impactaron en el sector informal, así que “la aplicación de excepciones fiscales puede ser inocua para su recuperación y debe irse por la vía del gasto directo”.
Aplicar una medida de beneficio de ISR no va a llegar a quienes están en el sector informal. Como contexto, en México seis de cada diez trabajadores laboran en la informalidad, agregó.