Un avión incompleto que sólo tenía un ala y no podía volar. Un aeropuerto como metáfora de tránsito y de encuentro entre seres diversos y multiculturales. Un sueño: emprender el vuelo aun con limitaciones, sólo con una certeza: “no sabes de lo que eres capaz hasta que lo intentas”.
Este relato resumió el espíritu de los Juegos Paralímpicos de Tokio 2021, inaugurados ayer en el Estadio Nacional de Tokio por el emperador japonés Naruhito, cubierto con un cubrebocas como símbolo de la época difícil que vive la humanidad. Un acto que no contó con asistentes debido a las restricciones que exige un país que está en estado de emergencia sanitaria.
El avión con una sola ala estaba representado por Wago Yui, una niña de 13 años en silla de ruedas, con una profunda melancolía de no poder volar. El apoyo de los demás en aquel metafórico aeropuerto y su coraje le devuelven la esperanza. A pesar de las limitaciones, puede conseguir su máximo sueño y por fin emprende el vuelo.
Apenas algunos dirigentes y medios de información pudieron asistir al espectáculo y al desfile de las delegaciones que supone el punto de partida de 13 días de una exposición mediática inusual en los deportes paralímpicos.
Se trata de edición que, al igual que los Juegos Olímpicos, no contará con la asistencia del público, sin embargo, se espera una audiencia de 4 mil millones de telespectadores a lo largo de la competencia, según el Comité Paralímpico Internacional.
Desde hoy y hasta el 5 de septiembre, 4 mil 400 deportistas paralímpicos, de 162 delegaciones del mundo, aspirarán a las 539 medallas de oro en liza.
México participa con un equipo de 60 competidores, 29 mujeres y 31 hombres, quienes buscarán conquistar la medalla número 300 para el país en su historia paralímpica que se inició en 1972. La participación tricolor ha sumado 289 preseas, 97 de oro, 90 de plata y 102 de bronce. La misión pretende también alcanzar también los 100 metales dorados.
Pero el relato aeroportuario no fue el único momento emotivo de la ceremonia. El desfile de las delegaciones participantes se inició con el comité de refugiados, liderado por el nadador afgano Abbas Karimi y la lanzadora siria Alia Issa, primera mujer en integrar la delegación.
La bandera afgana también hizo el recorrido por el campo del estadio, a pesar de la ausencia de sus dos atletas representantes, quienes no lograron llegar a Tokio por la toma de poder de los talibanes. A su paso, despertó la solidaridad y recibió aplausos de las pocas personas que lo presenciaron: periodistas y autoridades.
Ausencias provocadas por la emergencia sanitaria
Hubo otras ausencias en el recinto que recordaron la emergencia mundial que se vive en esta era. Los deportistas de Nueva Zelanda no acudieron a la cita y la presencia brasileña se redujo a cuatro personas.
“No alcanzo a creerme que al fin estamos aquí”, se congratuló el presidente del Comité Paralímpico Internacional Andrew Parsons.
“Muchos dudaban de que este día llegaría, muchos pensaban que era imposible, pero gracias a los esfuerzos, el evento deportivo dotado de la mayor fuerza de cambio del planeta está a punto de comenzar”, agregó.
La presidenta del Comité Organizador, Seiko Hashimoto, recordó la importancia que tuvo para las personas con discapacidad la celebración de los Juegos Paralímpicos de Tokio en 1964, y se preguntó qué “pueden cambiar e inspirar 57 años después” al organizarlos por segunda vez en la historia.
“Los Juegos Paralímpicos de Tokio de 1964 alentaron a las personas con discapacidad a independizarse y participar en la sociedad”, afirmó Hashimoto; “ha llegado el momento del cambio social, para que todos sean libres de vivir como son, en apoyo y comprensión mutuos, sin discriminación ni barreras de ningún tipo”.
Este entusiasmo, sin embargo, enfrenta la difícil situación de Tokio por el repunte de contagios y la extensión del estado de alarma sanitaria que establecieron las autoridades. El país registra un récord de 25 mil casos diarios, alcanzado en estos últimos días, y la capital japonesa enfrenta su octava semana en estado de urgencia.
Aunque la cita Paralímpica se desarrollará sin presencia de público, los organizadores analizan permitir que algunos escolares acudan, en oposición a la recomendación de expertos médicos.
Parsons y Seiko Hashimoto, la presidenta del comité organizador de Tokio, dijeron que los Paralímpicos se pueden disputar sin sobresaltos. Ambos han procurado distanciar este encuentro y el de los Juegos Olímpicos del aumento de los contagios.