Durante 60 años Charlie Watts impulsó con su batería la música de Los Rolling Stones. Modesto, inquebrantable, discreto e íntegro… los adjetivos sobran para calificar a quien ayudó a cimentar una de las mejores secciones rítmicas del rock.
Sin embargo, a raíz de la inconclusa gira No Filter, se supo que en los pasados días, el músico se recuperaba de un procedimiento médico no especificado. Debido a su estado de salud, no podría tocar junto a Mick Jagger, Keith Richards y Ronnie Wood por Estados Unidos. Este martes, su vocero anunció que el baterista de 80 años perdió la vida, lo que marcará el rumbo de la histórica banda y del rock mismo.
“Es con inmensa tristeza que anunciamos la muerte de nuestro amado Charlie Watts. Se fue en paz, en un hospital de Londres, más temprano, rodeado de su familia”, señala el comunicado publicado en las redes sociales de su banda. “Charlie era un amado esposo, padre y abuelo, también, como miembro de Los Rolling Stones, uno de los más grandes bateristas de su generación”.
Todavía a principios de mes, Charlie bromeaba. En un comunicado expresó: “Por una vez mi tiempo ha estado en contra. Estoy trabajando duro para estar completamente sano, pero tengo que aceptar, por consejo de los expertos, que esto llevará un tiempo”, tras confiar su participación en la gira a Steve Jordan, quien ha tocado con Keith Richards durante años.
Aunque Watts es conocido por su contribución al rock, el primer interés del baterista fue el jazz swing y bebop de Estados Unidos. Creció en Wembley, en el noreste de Londres, y empezó a estudiar diseño gráfico mientras tocaba con pequeñas bandas locales. En 1962 se unió a Blues Incorporated, grupo dedicado a la escena blues británica de la que los jóvenes Mick Jagger y Keith Richards se volvieron seguidores.
Pronto Jagger y Richards formaron su propio grupo, Los Rolling Stones, al que Watts se sumó en 1963. Para el baterista, “era otra banda a la que unirme, estaba como en tres; ensayábamos mucho. Ellos nunca iban a trabajar, así que poníamos discos todo el día, era una vida bastante bohemia. Mick estaba en la universidad, pero pagaba la renta”, explicó.
Con el ingreso de Charlie a Los Rolling Stones, la banda finalmente logró su formación clásica. Temas como (I Can’t Get No) Satisfaction, Jumpin’ Jack Flash, Get Off My Cloud y Sympathy for the Devil comenzaron a aparecer y entrar en el gusto del público. A pesar del enorme éxito del que ha gozado la banda, Watts siempre se mostró callado y reservado, incluso sobre el escenario.
“Nunca he estado interesado en esas cosas. No sé lo que es hacer negocio del espectáculo y nunca he mirado MTV. Hay personas que simplemente tocan instrumentos, y yo estoy complacido de saber que soy una de ellas”, señaló al San Diego Tribune en 19991.
Mientras tocaba con los Stones, Watts también lo hacía con varias bandas de jazz. A mediados de los años 80, el baterista fue líder de la Charlie Watts Orchestra, una big band jazz que hizo giras por el mundo y lanzó un disco, The Charlie Watts Orchestra Live at Fulham Town Hall. “A Mick le gustó, aunque a Keith le molestó que no tuviéramos un baterista. Creía que era un sacrilegio, pero yo le dije que 33 sujetos son suficientemente difíciles para encajar todos sus solos”.
A diferencia de las historias de sus compañeros de banda, Watts casi siempre fue estable en su vida personal. Se casó con Shirley Ann Sheperd, en 1964, y permaneció con ella hasta el día de su muerte. Tuvo una hija, Seraphina, y una nieta, Charlotte. Sin embargo, sí padeció el abuso del alcohol, las anfetaminas y la heroína durante los años 80.
“Creo que fue una crisis de la mediana edad”, aseguró al diario británico The Observer en 2000. “Todo lo que sé es que me volví una persona completamente diferente por ahí de 1983 y salí de eso por 1986. Casi pierdo a mi esposa y todo por mi comportamiento… No estaba tan afectado, no era un adicto, pero dejarlas (drogas) fue muy, muy difícil”. Decidió dejar de beber, fumar y consumir drogas de tajo.
En 2004, a Watts le fue diagnosticado cáncer de garganta, pero logró recuperarse y siguió dando conciertos. La última vez que tocó junto a los Stones fue en Miami, el 30 de agosto de 2019. Todavía en 2020, Charlie lanzó una canción con Los Rolling Stones, Living in a Ghost Town, un sencillo del álbum que habían planeado.