Los fabricantes en Estados Unidos “hacen armas a la medida de los clientes” mexicanos dedicados a la delincuencia organizada, con aditamentos de lujo, “y ellos lo saben”, sostuvo ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador al defender la denuncia presentada por su gobierno en el país vecino contra dichas empresas.
No se trata de “un hecho injerencista”, porque está apegado a las leyes de ese país y es respetuoso de su independencia, subrayó.
Tampoco es contra la administración estadunidense, sino “un procedimiento civil porque nos afecta que no haya control sobre la venta de armas, ni contra la enmienda que da el derecho a los ciudadanos de portarlas, sino la forma en que se fabrican y se venden, porque llegan a México y causan muertes, porque no hay ninguna limitación ni control”.
Durante su conferencia de prensa diaria en Palacio Nacional, el mandatario destacó que ahora se ofertan hasta en Internet modelos como el Barret 50, de alto poder, por lo que confió en que avance el proceso interpuesto ante un tribunal federal en Boston, Massachusetts, aunque reconoció que “no es algo que tengan que resolver pronto”. Una resolución favorable “ayudaría mucho” a la reducción de la violencia por el control de las armas”, insistió,
La presentación de la denuncia, dada a conocer por el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, contra los fabricantes de armamento busca que asuman su responsabilidad en las ventas que realizan y establezcan autorregulación, además de cesar “prácticas negligentes” que permiten el tráfico ilícito a México, explicó el funcionario federal el miércoles.
En el recurso se argumenta que las fabricantes elaboran sus productos conscientes de su destino ilícito en México, y al ofertarse destacan sus características militares, con ventas masivas a un mismo comprador, sin constatar sus antecedentes.