La Habana. Miles de personas, en su mayoría jóvenes, desfilaron ayer en bulliciosa caravana por el emblemático Malecón, mientras en algunas plazas de La Habana se organizaron ferias universitarias en apoyo a la revolución, el Partido Comunista y el gobierno. Las movilizaciones se llevaron a cabo al cumplirse 27 años del Maleconazo, la única protesta masiva que enfrentó Fidel Castro tras el triunfo de la revolución en 1959.
Desde la mañana, en bicicletas, carretas tiradas por caballos, taxis y motos, los simpatizantes del gobierno avanzaron por los ocho kilómetros de la avenida costanera, desde la Chorrera hasta el parque Plaza 13 de Marzo, portando banderas cubanas, sonando bocinas y gritando vítores a los líderes revolucionarios y al presidente Miguel Díaz-Canel. Una hilera de personas sobre las aceras del Malecón acompañó el paso de la caravana.
“Cuba sí, yanquis no”, gritaron los participantes en la caravana bautizada Victoria Popular, al pasar frente al edificio de la embajada de Estados Unidos. La gran movilización, convocada por la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba (UJC) “por la paz, el amor y la solidaridad”, la acompañó un camión de la era soviética con una pantalla que trasmitía otras manifestaciones.
“Necesitamos marchar y llevar adelante la revolución”, comentó Yoennis Quiala, transportista privado, de 34 años, que conduce un Chevrolet modelo 1953 color terracota.
La multitud acudió a los distintos actos programados en la capital cubana –con las medidas epidemiológicas necesarias, como el uso de cubrebocas y el distanciamiento social–, a dar su respaldo a la revolución y ser muestra de la continuidad del proceso que se vive.
Díaz-Canel convivió con un centenar de jóvenes, representantes de diversos sectores, en la Universidad de La Habana, donde se discutieron temas puntuales de la vida política, social y económica en la isla; además, reconoció el protagonismo de la juventud en la recuperación del país y llamó a articular el trabajo intersectorial en diferentes ámbitos parta lograr impacto social.
“Ustedes han tenido un protagonismo tremendo en la comunidad, no se trata de intervenir en estos sitios, sino de canalizar y ayudar a transformar a partir de las propuestas de los pobladores. En todo ello siempre tenemos que respetar los intereses de la comunidad”, señaló el también primer secretario del Comité Central del Partido Comunista.
“A nuestros jóvenes hay que escucharlos como las más importantes personas que son”, tuiteó al finalizar la reunión.
En una feria en el parque de G y 25, sitio al que tanta veces acudieron en las noches de encuentro cuando la Covid-19 no existía, 11 facultades de la Universidad de La Habana y el Instituto Superior de Relaciones Internacionales se unieron para exhibir sus proyectos de extensión universitaria y formación vocacional. Actos similares se hicieron en otras plazas.
La segunda secretaria del UJC, Lisara Corona, recordó la celebración de la victoria popular del 5 de agosto de 1994, el Maleconazo, cuando fueron derrocados los intentos de subvertir el orden social apoyado por la mayoría de las personas en el país, con Fidel Castro al frente del triunfo.
Aquel día, en medio del desajuste económico derivado de la caída de la Unión Soviética y bajo la presión de una incipiente crisis migratoria, miles de cubanos se lanzaron al Malecón contra el gobierno, al tiempo que se corría el rumor de que barcos desde Miami entrarían en las aguas territoriales y llegarían a buscar a quienes quisieran irse a Estados Unidos.
Las manifestaciones callejeras contra el gobierno, más allá de esporádicas y pequeñas protestas de disidentes, no se habían producido desde 1994 hasta el 11 y 12 de julio pasados, en un contexto de tensa situación financiera provocada por la mezcla de las sanciones económicas de Washington que asfixian a la isla y la pandemia. Estas protestas dejaron un muerto, decenas de heridos y detenidos.
El Tribunal Supremo de Cuba informó en esta jornada que 62 personas han sido juzgadas en la isla por delitos cometidos durante las históricas protestas del 11 y 12 de julio pasados.
“Las personas que se han puesto a disposición de los tribunales son aquellas cuyas conductas han sido constitutivas de delito”, aseguró Joselín Sánchez, magistrado del Tribunal Supremo Popular, al diario oficial Granma.
Señaló que el principal delito presente en 53 de los casos es “desorden público”, y que se presentan también otros menos frecuentes como resistencia, desacato, instigación a delinquir y daño. Hace una semana las autoridades informaron de 59 enjuiciados, sólo tres menos de los que dieron cuenta en el nuevo reporte.