El abogado de los padres de los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala, Vidulfo Rosales, afirmó que la muerte en prisión de Mario Casarrubias Salgado, alias El Sapo Guapo, afectará negativamente las investigaciones del Caso Ayotzinapa, pues se trataba de una persona clave en Guerreros Unidos, grupo delincuencial que lideraba, junto con sus hermanos Adán, Sidronio y José Ángel, a quienes se ha señalado como responsables directos del caso de los normalistas.
Entrevistado luego de la 82 Acción Global por Ayotzinapa, el litigante afirmó que el deceso del imputado, dado a conocer este lunes, “trae serias afectaciones, porque había una ruta de trabajo de acercamiento de las autoridades con esta persona, en el sentido de que pudiera aportar datos de relevancia para dar con los responsables de la desaparición de los jóvenes”.
Mario Casarrubias fundó Guerreros Unidos en septiembre de 2009, junto con Cleotilde Toribio Rentería, quien fue detenido en julio de 2012, quedando el primero al frente de la organización criminal.
Sin embargo, El Sapo Guapo fue también aprehendido en el estado de México por elementos de la Fiscalía General de la República (FGR), en abril de 2014, meses antes de que se desapareciera a los 43 normalistas.
Pese a esto, Mario Casarrubias tenía conocimiento de las relaciones que su organización delincuencial había pactado con funcionarios públicos de Iguala, como el presidente municipal, José Luis Abarca Velázquez, y su esposa, María de los Ángeles Pineda Villa, así como de los antecedentes que llevaron a la agresión contra los alumnos.
Vidulfo Rosales manifestó que las autoridades no les han dado hasta el momento los detalles de lo que habría ofrecido el ahora fallecido para coadyuvar en la localización del paradero de los estudiantes: “El nivel de colaboración que él tenía no lo sabemos, es un tema de sigilo entre la FGR y la Comisión para la Verdad y el Acceso a la Justicia, nosotros no tenemos detalles; lo que sí te puedo decir es que había una ruta, que sí había acercamientos con él, había diálogos que se estaban haciendo y estaban muy avanzados”.
Agregó que confía en que los datos aportados por Mario Casarrubias puedan aprovecharse, aunque cree que aún no había un convenio formal con la FGR para reconocerlo como testigo colaborador.
“Espero que el gobierno haya podido sacar algunos elementos, aunque va a ser sumamente difícil, pues entiendo que no se habían formalizado las condiciones jurídicas para aportar sus declaraciones a las pesquisas sobre los normalistas”. Rosales adelantó que este miércoles tendrán una reunión con el subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas, donde esperan que les hablen del asunto.