En el conversatorio Corazón Azul, en el que se abordó el tema Miradas del Sur: La Trata de Personas en el Contexto Migratorio, organizado en conjunto con la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), funcionarios, expertos y organizaciones internacionales manifestaron que la pandemia “ no detuvo los flujos migratorios al país” e ingresaron muchos centroamericanos que fueron engañados y enganchados por redes criminales para someterlos a la trata de personas.
En Chiapas, denunciaron funcionarios del Instituto Nacional de Migración y de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, así como organizaciones civiles, en zonas cafetaleras y de plátano, los propietarios explotaron brutalmente a los migrantes. En la frontera sur, y específicamente en Chiapas, a las mujeres y menores se les enganchó a través del “enamoramiento”, para llevarlas a prostíbulos.
En el caso de los jóvenes y hombres adultos, se les engañó, “se les aseguró que en las plantaciones iban a estar protegidos de la pandemia, pero se les obligó a trabajar hasta 12 horas”.
Crece la mendicidad
Elsa Simón Ortega, representante legal de la organización por la Superación de la Mujer AC, radicada en Chiapas, detalló que con la pandemia “creció el problema, hay mucha migración varada en la frontera sur. Mujeres y niñas son víctimas de trata por grupos delictivos, que las llevan a prostíbulos y, además, se observa otro fenómeno, el de la mendicidad. Hay niños que se pasan todos los días en brazos de una persona y no sabemos si son sus padres, pero también tenemos adultos pidiendo limosna”.
Al inaugurar el acto, la presidenta de la CNDH, Rosario Piedra Ibarra, detalló que en 2020 se registraron 1.8 víctimas de trata de personas al día en el país; debido a este contexto, aseveró, este conversatorio tiene el propósito de analizar el delito desde diversas perspectivas, destacando “la necesidad de cooperación entre los múltiples actores que intervienen para lograr la identificación de las víctimas y asistirles de manera integral”.
El representante de UNODC en México, Kristian Hölge, dijo que “el corazón azul, símbolo mundial contra trata de personas, es nuestro pulso y debemos mantenerlo vivo. A través de cinco conversatorios que se llevarán a cabo desde hoy hasta el 30 de julio, abriremos ventanas de discusión con más de 30 actores y cientos de personas participantes”.
La trata de personas daña las vidas de la sociedad en su conjunto, por ello, llama a colaborar como equipo para liberar espacios de diálogo que apuntan a la prevención y combate de este delito. Aseguró que el último informe de 2020 de la UNODC sobre este tema indica que 51 por ciento de las víctimas tienen alguna carencia económica, 20 por ciento son niñas, niños y adolescentes que viven en una familia donde sufren violencia y 38 por ciento fueron sometidas a trabajo forzoso.
