La Cumbre de Sistemas Alimentarios, convocada para septiembre por la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), está cooptada por un puñado de corporaciones que buscan mantener la producción de monocultivos y alimentación industrializada que vulnera el derecho a la alimentación y los ecosistemas. El organismo optó por hacer a un lado al Comité de Sistemas Alimentarios que llevaba 40 años de trabajo y convocó al Foro Económico Global, señalaron organizaciones sociales.
Esta semana se realiza en Italia la precumbre sobre Sistemas Alimentarios, donde participa, en representación de México, Víctor Villalobos, secretario de Agricultura, quien –se sabe– estuvo ligado a empresas como Monsanto, recordaron en la videoconferencia Por un sistema alimentario regenerativo, sostenible, equitativo, justo y saludable en México.
En este contexto, también se realiza una precumbre alternativa, en la que participan organizaciones sociales, la cual plantea cambios de los sistemas alimentarios, una propuesta distinta a la convocada por la FAO con empresas trasnacionales y científicos vinculados a las grandes empresas, sostuvo Marcos Arana, de la Red Internacional de Grupos Pro Alimentación Infantil en México.
Desde la llamada Revolución verde, ha prevalecido una agricultura industrial que promueve el uso de agrotóxicos, contamina los recursos naturales, daña la biodiversidad, mata a polinizadores, afecta la salud de los campesinos y de quienes consumen esos alimentos. Además, genera la tercera parte de las emisiones de gases de efecto invernadero que ocasionan el calentamiento global, señalaron las organizaciones en su postura frente a la citada cumbre.
Ayer, en la precumbre, la empresa PepsiCo participó en la sesión “No dejar a nadie atrás”. Ante dicha intervención, Alejandro Calvillo, de El Poder del Consumidor, reclamó que “la evaluación de las políticas debe hacerse libre de conflictos de intereses”.
Por su parte, Leticia López, de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras (ANEC), sostuvo que los sistemas alimentarios deben estar enfocados al combate a la pobreza, ya que el acceso a la comida es un derecho humano. Recordó que 35 por ciento de la población indígena padece inseguridad alimentaria y a nivel nacional abarca a 25 millones de personas. “El modelo de sistema alimentario agroindustrial ha fracasado, no ha dado respuesta a la equidad y justicia; debe transformarse, la cumbre es una oportunidad de transformarlo”.