Kabul. La Organización de Naciones Unidas (ONU) teme un número “sin precedente” de civiles muertos o heridos este año en Afganistán si continúan los combates, que se intensificaron con la ofensiva lanzada en mayo por los talibanes.
En su informe sobre víctimas civiles en la primera mitad de 2021, la misión de la ONU en Afganistán (Unama) prevé este año el mayor número de decesos desde 2009, cuando empezó este balance anual.
“Las bajas civiles en el primer semestre de 2021 alcanzaron niveles récord en el país, con un alza especialmente brutal a partir de mayo”, asegura la Unama.
Ese mes, las fuerzas internacionales comenzaron su retirada y los combates se intensificaron por la ofensiva de los talibanes, explica la misión de Naciones Unidas.
“Un número sin precedente de civiles afganos perderán la vida o resultarán gravemente heridos si no se frena la escalada de violencia”, alertó Deborah Lyons, representante especial de Unama en Kabul.
“Imploro a los talibanes y a los dirigentes afganos tener en cuenta la siniestra y escalofriante trayectoria que toma el conflicto y su devastador impacto en la población civil”, agregó en un comunicado.
Lyons llamó a ambas partes a redoblar esfuerzos “en la mesa de negociación, ya que perseguir una solución militar sólo aumentará el sufrimiento del pueblo afgano”.
Las discusiones entre el gobierno afgano y los insurgentes talibanes, que empezaron en septiembre de 2020 en Qatar, no han reportado avances por el momento.
De acuerdo con la Unama, mil 659 civiles murieron y 3 mil 254 resultaron heridos entre enero y junio, lo que implica un aumento de 47 por ciento respecto del mismo periodo de 2020.
El número de víctimas fue especialmente “grave” en mayo y junio con 783 civiles fallecidos y mil 609 heridos. Y casi la mitad de los afectados reportados en el primer semestre son mujeres y niños, hecho “especialmente impactante”, señala la misión.
Los talibanes se han apoderado en tres meses de vastos territorios, sobre todo rurales. Las fuerzas afganas controlan las principales carreteras y las capitales provinciales, algunas de ellas, sin embargo, viven asediadas.