Ciudad de México. Moody’s redujo la calificación de la deuda de Petróleos Mexicanos (Pemex) y mantuvo la perspectiva en negativa.
La calificadora argumentó que el recorte de Ba2 a Ba3 —ambas en el grupo de emisiones especulativas— se debe a que la empresa tiene riesgos elevados de liquidez, debido a que “enfrenta altos niveles de vencimientos de deuda debido a la expansión de su capacidad de refinación y producción”.
“Los requerimientos de liquidez y el flujo de efectivo libre negativo de la compañía aumentarán en los próximos tres años debido a los altos niveles de vencimientos de deuda y al menor flujo de efectivo operativo derivado de la expansión de su negocio de refinación, que ha generado pérdidas operativas en los últimos años (cerca de 17 mil millones de dólares únicamente en 2018-20, según lo reportado)”, agregó.
Si bien el crecimiento de la producción de petróleo y gas ha estado por debajo de los objetivos de la directiva, Pemex ha logrado revertir la caída de la producción y de las reservas en los últimos dos años; y se espera que así continúe en 2021, reconoció.
No obstante, la calificadora desde ahora asume que la generación de flujo de efectivo y los indicadores crediticios de Pemex se deteriorarán más en los próximos tres años a medida que la compañía aumenta la producción de combustible, al tiempo que enfrenta una capacidad limitada de inversión de capital, altos vencimientos de deuda y volatilidad en los precios del petróleo y el combustible.
“Un alza de las calificaciones es poco probable en el corto plazo, debido a la perspectiva negativa de la calificación Baa1 de México, así como la expectativa de Moody's de que Pemex mantendrá un flujo de efectivo libre negativo”, agregó.
Sin embargo, la calificación de Pemex podría mejorar si se fortalece su posición de liquidez; se financian internamente suficientes inversiones de capital para reemplazar completamente las reservas e impulsar un modesto crecimiento de la producción; y si se genera flujo de efectivo libre para reducir la deuda.
Por otro lado, “dado que las calificaciones de Pemex dependen en gran medida del apoyo del gobierno de México, un cambio en los supuestos de apoyo gubernamental oportuno podría llevar a una baja de las calificaciones” de la empresa, agregó.
Otros factores que llevarían a Moody’s a reducir aún más la nota crediticia de la empresa productiva del Estado sería una baja en la calificación Baa1 de México; o un aumento considerable de la deuda neta, un rendimiento operativo peor de lo previsto, una caída de las reservas y una disminución de la vida de las reservas.