Madrid. El ibérico Mikel Oyarzabal dijo que Italia, a la que se enfrentarán este martes en Wembley en las semifinales de la Eurocopa, tiene “mucho nivel”, pero los españoles no son menos, aseguró que tienen “confianza plena” en poder alcanzar la final y en ningún momento han tenido dudas.
Sabe que será “un partido muy complicado. Italia ha demostrado el nivel que tiene, llega en un gran momento, pero nosotros también y lo más importante es jugar igual que hasta ahora. Hemos dado una gran imagen y tenemos que seguir confiando en nosotros mis-mos”, remarcó.
El delantero de la Real Sociedad explicó que el grupo siempre confió en sus posibilidades en el torneo continental. “Desde el día que llegamos teníamos confianza, sabíamos que éramos un grupo sólido, unido y que íbamos a hacer un gran papel en esta Eurocopa, y así lo hemos demostrado”, abundó.
El nacido en Eibar, suplente en los dos últimos encuentros, aseguró que acepta el rol que el técnico Luis Enrique le asigne y, respecto al portero Unai Simón, quien fue clave en la tanda de penales ante el combinado helvético, afirmó que está “más que capacitado, como ha demostrado, para defender la portería de la selección”.
En el otro bando, Jorginho, nacido en Brasil, pero internacional con la Azzurra desde 2016, intentará demostrar que es un maestro en la combinación de la técnica –seña de identidad de su país de origen– y una precisión táctica de cirujano. Tiene la nacionalidad italiana gracias a un antepasado de la región de Vincenza.
Como en el Chelsea, donde su dupla con el francés N’Golo Kanté guió al equipo de Stamford Brid-ge al título en la Champions League, el mediocampista de 29 años es un incansable trabajador en la sombra para Italia, pues no acapara muchos titulares pero es de capital importancia para sostener el armazón diseñado por Rober-to Mancini.
Jorginho dicta el tempo que hace viajar el balón de un lado a otro, transmitiendo a la vez órdenes, consignas y consejos. Le llaman El Profesor, un apodo que evidencia su papel de líder.
“Tiene una personalidad fuerte. En un equipo, él es el comandante”, confirma el ex jugador y exdirector deportivo del Hellas Verona, Mauro Gibellini, quien detectó su talento cuando era apenas un joven adolescente en Brasil.
Gibellini había creado junto a unos socios una escuela de futbol en el país sudamericano. No dudó cuando vio jugar en un torneo en Imbutiba a ese muchacho de 12 años, cuyo primer entrenador fue su madre, una ex futbolista.
Tras unos años en esa escuela, Jorginho dio el salto a Europa, al Hellas Verona. “Nunca cambió: de pequeño jugaba como lo hace hoy. Tiene una gran calidad. Antes de que llegue el balón sabe ya hacia dónde orientar el juego. No necesita tocar el balón más que una vez o dos. Juega con la cabeza alta”, señala Gibellini.