Por primera vez, el miércoles Britney Spears podría hablar públicamente sobre el proceso legal que atraviesa para revocar la tutela que su padre, James Spears, tiene sobre ella, recurso impuesto por la Corte de Los Ángeles hace 13 años, por lo que él gestiona una buena parte de sus asuntos personales y profesionales.
El proceso legal de la estrella no es para poner fin a la curaduría. Incluso en una presentación judicial reciente, Britney admitió que la medida “la rescató de un colapso, la explotación de individuos depredadores y la ruina financiera” y la hizo “capaz de recuperar su posición como artista de clase mundial”.
Sin embargo, Spears también ha buscado poder decidir sobre su tutor, dejando claro que quiere que su padre salga por completo del cuadro. De acuerdo con su abogado, la cantante ha manifestado sentir temor de James Spears, por lo que la pausa en su carrera no acabará hasta que éste deje de tener el control.
La cantante también ha señalado que se reserva el derecho de buscar poner fin a la tutela en cualquier momento. Además, ha expresado su agradecimiento a los fanáticos preocupados por ella que han formado el movimiento #FreeBritney para apoyarla.
El recurso legal suele ser empleado para casos en que una persona tiene una capacidad mental severamente disminuida, enfermedades como Alzheimer o demencia que puedan hacer que un tribunal intervenga para establecer distintas acciones.
La ley de California señala que una curaduría o tutela se justifica para una “persona que no puede satisfacer adecuadamente sus necesidades personales de salud física, comida, ropa o refugio”, o para alguien “sustancialmente incapaz de administrar sus propios recursos financieros o resistir el fraude o la influencia indebida”.
El padre de Spears y sus abogados argumentan que la tutela de Britney es necesaria por tratarse de una persona especialmente susceptible a individuos que buscan aprovecharse de su fama y su dinero. Al tratarse de una figura de fama mundial, los detalles de se mantienen resguardados; sin embargo, algunos documentos han revelado ciertos aspectos.
El recurso legal restringe las visitas de la cantante; organiza y supervisa las reuniones con sus hijos, de 14 y 15 años, cuyo progenitor, Kevin Federline, los tiene bajo su custodia total. Además, la restricción puede emitir órdenes de restricción en nombre de Spears, y se ha utilizado más de una vez para mantener alejados a intrusos considerados sospechosos.
Britney puede casarse, pero la tutela debe aprobarlo, igual que otras decisiones importantes. También puede tomar decisiones médicas y de negocios en nombre de la cantante. Como todas esas medidas en California, está sujeta a informes anuales y revisiones de un investigador de la Corte.
Aunque James Spears llegó a estar a cargo mayormente de Britney; actualmente sólo mantiene una parte del control financiero, tarea que debe compartir con la firma de administración de patrimonio Bessemer Trust.
La encargada de los asuntos personales de la cantante es una profesional que fue designada por el tribunal.