Lima. Los jurados electorales de Perú iniciaron ayer el proceso de revisión de los votos impugnados, última esperanza de la candidata derechista Keiko Fujimori para revertir la estrecha ventaja de su rival izquierdista Pedro Castillo en el escrutinio de la segunda vuelta celebrada el domingo pasado.
Este procedimiento, que puede demorar 10 días, es habitual en todas las elecciones en Perú, pero ahora cobra especial importancia por lo estrecho del resultado.
Sesenta Jurados Electorales Especiales deben dirimir, en primera instancia, la validez de miles de votos impugnados por los delegados de los partidos de cada candidato, Fuerza Popular, de Fujimori, y Perú Libre, de Castillo. Cada sufragio se dirime de forma individual.
La última palabra la debe decir en unos 10 días el Jurado Nacional Electoral.
Un voto a favor de Castillo fue impugnado porque la boleta fue marcada sobre la foto del candidato y no en el cuadrado con el símbolo de su partido (un lápiz). Además, fue marcada con lapicero negro, en vez de azul.
En este caso, la magistrada Gómez propuso declararlo “válido”, lo que fue secundado por dos colegas.
“En Fuerza Popular están en fase de negación, los hechos van a confirmar que el presidente electo es Castillo, no tengo la menor duda”, declaró el analista Augusto Álvarez Rodrich.
El izquierdista tiene ventaja de 67 mil votos, con 98.48 por ciento de las mesas escrutadas, incluido 89 por ciento de las mesas del exterior, con las que Fujimori esperaba remontar.
Como en el transcurso de la semana, partidarios de ambos candidatos se manifestaron ayer en las calles en Lima.
“Tengo autorización de Mario Vargas Llosa para publicar que a su juicio es indispensable que las autoridades electorales revisen las actas impugnadas en la segunda vuelta de los comicios y que, sin interferencia política, determinen el resultado de unas elecciones cuyo resultado aún es incierto”, tuiteó el hijo del premio Nobel, Álvaro Vargas Llosa.
Fujimori anunció por la noche que impugnará unas 880 mesas de votación.