Como parte del programa Laboratorios Sonoros 2021 de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la artista visual, bailarina e investigadora chilena Constanza Piña presentó su proyecto sonoro Corazón de Robota, en el que experimenta con circuitos electrónicos construidos con baja tecnología y cajas de ritmos que le permiten explorar las dimensiones rítmicas del ruido.
En el video, a disposición del público en las plataformas digitales de la Dirección de Música de la UNAM, Constanza Piña recordó que en 2010 surgió ese proyecto. “En ese tiempo me dedicaba a la danza contemporánea y a proyectos audiovisuales en tiempo real para música electrónica, y se me dañó el computador; entonces, pensé de qué manera trabajar con tecnología sin usarlo, y fue ahí cuando me acerqué a los circuitos electrónicos”.
La artista es reconocida por su enfoque en la experimentación con medios electrónicos, tecnologías libres y metodologías DIWO (siglas de Do It With Others; en español, Házlo Con Otros ).
En su maletín de instrumentos, Constanza lleva secuenciadores, generadores de ruido blanco, cajas de ritmos, baterías y osciladores, así como componentes de radios y televisores que rescata para crear instrumentos experimentales.
Piña considera que el sonido grave tiene una manera especial de llegar a los oídos, y que las vibraciones pueden arribar a través del cuerpo y abrir campos de la percepción que tal vez no están asociados a la escucha, pero que amplían toda la experiencia sonora en un concierto.
Explicó: “Justo cuando quiero diseñar algo nuevo en cuanto a sonido, tengo que crear una máquina nueva; muchas veces depende de la forma en cómo la conecto, y debo diseñar un nuevo cableado, una nueva cadena por donde recorra la señal de audio para que se filtre, para que se modifique, se procese y para que el resultado final sea parte de esa combinación de todo el flujo eléctrico que aconteció dentro de mi set”.
Texturas organizadas
La artista disfruta su trabajo sobre todo cuando toca y “las interferencias de las energías que no podemos ver participan dentro de la sonoridad en el performance en mí. Me interesa mucho trabajar con la electricidad del lugar, por eso para mi set de Corazón de Robota utilizo muchas antenas y trato de amplificar esos campos eléctricos magnéticos que están alrededor, así como tratar de emplear eso como material para la improvisación”.
Corazón de Robota se compone sólo de osciladores, secuenciadores, cajas de ritmos, filtros, distorsiones hechas a mano. Las sonoridades generadas durante el performance conforman una organización caótica de texturas, feedbacks y patrones aleatorios que se configuran en el tiempo, conduciéndonos a un trance sónico en un viaje que explora las dimensiones rítmicas del ruido.
“Me interesa mucho que dentro de la improvisación voy generando e introduciendo patrones, que finalmente es tu cabeza la que va componiendo las métricas y las rítmicas, muchas veces a partir de arritmias disonancias y cacofonía.
“Me atrae llevar a la gente a un viaje como en un trance, que las personas puedan componer la sonoridad que van escuchando en el ambiente; también me gusta mucho elevar vibraciones y que tu cuerpo las pueda recibir.”
A diferencia de los compositores tradicionales, Constanza Piña realiza improvisaciones, sin cortes, y durante 20 minutos desarrolla y resuelve con las sonoridades que se le presentan. “Trato de pensar que el sonido es como una materia que puedo modelar de forma invisible en el aire y tratar de empujarla hacia el espacio para que mueva el aire y nuestros cuerpos desde dentro”, explicó la artista.
En sus presentaciones y performances, Piña se siente como una antena que emite y recibe todo tipo de mensajes de la Tierra, de la atmósfera. “Al electrificar la materia traída desde dentro de la Tierra siento que estoy escuchando y conectando con su corazón para sincronizarme con él, porque el corazón es un oscilador”.
La charla de Constanza Piña sobre el proceso creativo de Corazón de Robota está disponible en el canal de YouTube de la Dirección de Música de la UNAM ( )