Buenos Aires. Jueces, fiscales, dueños de medios de comunicación y periodistas se reunieron en la residencia de Olivos con el entonces presidente Mauricio Macri, coincidiendo la mayoría con el surgimiento inmediato de causas falsas o de medidas ilegales contra la ex mandataria Cristina Fernández de Kirchner, sus ex funcionarios o empresarios perseguidos durante la pasada administración, lo que permite trazar un esquema perfecto de judicialización de la política (lawfare), reveló ayer el portal El Destape.
El oscuro panorama comenzó a esclarecerse con la presentación en febrero pasado de una denuncia penal de Martín Soria, recientemente designado ministro de Justicia, quien acusa al juez Gustavo Hornos por “mal desempeño, grave negligencia y manifiesta arbitrariedad”, y documenta que mantuvo reuniones con Macri tanto en la Casa Rosada (gubernamental) como en la residencia presidencial.
Las visitas de Hornos se registran entre el 22 de diciembre de 2015, a pocos días de que asumió Macri, y agosto de 2018. “Hoy podemos asegurar que el juez Hornos era un actor central de esta mesa judicial, como brazo ejecutor de los deseos de Macri”, sostuvo Soria.
“Mantener al magistrado en su cargo es consagrar la estrategia de persecución política y manipulación de la justicia argentina en búsqueda de impunidad, propio de la Mesa Judicial macrista y de los artífices del lawfare en nuestro país”, sostuvo Soria.
En reunión con los presidentes de las cuatro salas de casación que presidía, Hornos explicó que tenía una “vieja relación social con Macri y que le dio opiniones sobre política judicial y penitenciaria. Pero tres de los jueces de la casación, Alejandro Slokar, Carlos Mahiques y Guillermo Yacobucci, entregaron una carta a Hornos reseñando las normas a que debe atenerse un juez”.
El director de El Destape, Roberto Navarro, señaló que Mariano Borinsky, juez que intervino en casi todas las causas contra Fernández de Kirchner, “visitó al menos 15 veces al entonces presidente Mauricio Macri en la Quinta de Olivos. Esas visitas coinciden con las fechas de sus fallos en casos de alto impacto político”, que ahora están cayendo por la absoluta falta de pruebas.
En todos los procesos, el juez Borinsky falló contra Fernández de Kirchner y sus ex funcionarios. “En los registros de la Quinta de Olivos constan también reuniones de Macri con el juez Gustavo Hornos y el fiscal Raúl Plee”. Navarro agregó que “esta información, hasta ahora desconocida, revela el grado de involucramiento de Macri con el máximo tribunal penal del país”.
Navarro y su equipo demuestran la coincidencia permanente de las “reuniones” de Macri con jueces, fiscales y periodistas con cada decisión judicial que se tomaba y su difusión cargada de falsedades y mentiras en un caso de vandalismo político, judicial y mediático. Destaca también la utilización del lawfare en cada proceso electoral. Un ejemplo redondo es “la reapertura de la falsa denuncia del ex fiscal Alberto Nisman contra Fernández de Kirchner, desestimada por varios juzgados. Fueron Borinsky y Hornos quienes lograron reabrirla el 29 de diciembre de 2016 y entregársela a Claudio Bonadío para que el tema siguiera en las tapas (primeras planas) de los diarios en el siguiente año electoral. Una de las 15 reuniones de Borinsky con Macri fue justo antes de ese fallo”.
También el equipo de El Destape logró la lista de dueños de medios de comunicación, gerentes y periodistas que se reunían con Macri con la misma finalidad. El 17 de julio de 2017, el gerente del Grupo Clarín, Héctor Magnetto, se reunió con Macri “en una de las decenas de cónclaves que sostuvieron accionistas, gerentes, jefes y periodistas del grupo con el titular del Poder Ejecutivo entre 2015 y 2019”.
Ese mismo día, el juez Bonadío, clave en la persecución contra Fernández de Kirchner, “detuvo en Río Gallegos a Víctor Manzanares, el ex contador de Cristina y Néstor Kirchner. El día siguiente, la tapa de Clarín fue ‘Detienen al contador de los Kirchner por intentar eludir el embargo judicial de fondos’”.
Los datos y pruebas abruman. Entre los periodistas más activos figuran Jorge Lanata, Luis Majul, Joaquín Morales Solá, todo el grupo que Macri introdujo en el canal de televisión del diario La Nación, en lo que invirtió 15 millones de dólares, y que han fabricado verdaderas novelas alrededor de figuras políticas opositoras para desacreditarlas.