La Habana. El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, rechazó ayer la “indigna, inmoral y mentirosa acusación del Departamento de Estado” estadunidense, que en su informe anual denuncia la falta de elecciones libres y casos de tortura en la isla.
“Acuden a la infame retórica de siempre para calumniar a una isla heroica que sufre bloqueo criminal impuesto por el gobierno de Estados Unidos, causando enorme daño al pueblo cubano”, afirmó Díaz-Canel en un mensaje publicado en Twitter en español e inglés.
En su informe anual sobre derechos humanos, publicado el martes, el Departamento de Estado lamentó las continuas “restricciones” a la libertad de expresión en Cuba, y afirmó que en este Estado “autoritario” se han denunciado ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas y casos de tortura.
El ministro cubano de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, calificó el informe de “engañoso y politizado”, al recordar los “indicadores de justicia social, respeto y protección a los derechos humanos” de su población, de los que Cuba, bajo bloqueo de Estados Unidos desde 1962, se enorgullece.
“Si al gobierno de Estados Unidos le interesase defender los derechos humanos en Cuba, pondría fin al bloqueo y a las más de 240 medidas de (Donald) Trump que amenazan el bienestar y el sustento de 11 millones de cubanos”, agregó Rodríguez, que escribió su texto en los dos idiomas.
Con la llegada de Trump a la Casa Blanca en 2017, Washington reforzó el bloqueo, al alegar violaciones de derechos humanos en Cuba y su apoyo al gobierno socialista de Nicolás Maduro en Venezuela.
La esperanza de que las tensiones se aliviarían con la elección de Joe Biden se ha ido desvaneciendo en la medida que la isla no parece ser en absoluto un tema prioritario para la nueva administración estadunidense, que está mostrando su firmeza en materia de derechos humanos.
Es en este contexto que Cuba levanta una bandera gigante de concreto frente a la embajada de Estados Unidos en La Habana, en la Tribuna Antimperialista, ubicada sobre la costanera del malecón, un lugar de gran importancia simbólica en Cuba.
Ni Granma, el periódico del gobernante Partido Comunista (PCC), ni el portal oficialista Cubadebate, que suelen anunciar estas iniciativas con bombos y platillos, han publicado una línea de la nueva estructura de 12 metros de altura.
En su página de Facebook, la estatal Empresa de Construcción y Mantenimiento, encargada de la obra, dio las primeras pistas. “En nuestra Tribuna Antimperialista se levanta ya esta monumental obra: nuestra bandera, que no ha sido jamás mercenaria y en la cual resplandece una estrella con más luz cuanto más solitaria”, se lee.
La gigantesca bandera se edifica en el mismo lugar de la tribuna donde las autoridades cubanas hicieron levantar en 2006 un monte de 138 banderas cubanas, monumento contra el terrorismo inaugurado por el entonces presidente Fidel Castro, en febrero de 2006.
La Tribuna Antimperialista fue erigida en 2000 al calor de la batalla legal y política de Cuba por el regreso del balserito Elián González.
La nueva estructura ha desatado fuertes críticas en las redes sociales.
“Francamente no me queda claro qué es. ¿Monumento, escultura, tapasol, un púlpito gigante?”, se pregunta en Facebook Maikel José Rodríguez, editor de Artecubano, sello editorial del Consejo Nacional de las Artes Plásticas. “¿Qué puede ofrecer este adefesio al arte monumentario cubano? Muy poco. Nada, en verdad, como no sean burlas”, añade.
Y la mofa se multiplica en Internet. “Si la miras por detrás es una guillotina”, escribe en Facebook Whigman Montoya, mientras Arístides Pestana critica que una bandera esté “empotrada en asfalto, rígida, gris y muerta”.
Por otra parte, Díaz-Canel recibió en el Palacio de la Revolución, sede del gobierno, al viceprimer ministro ruso Yuri Borísov, quien se encuentra de visita en la capital cubana al frente de la delegación de su país, que asiste a la XVIII sesión de la Comisión Intergubernamental Cuba-Rusia. Ambos dirigentes repasaron el estado de las relaciones bilaterales entre La Habana y Moscú.