La circulación de la oferta (de las artes escénicas) tiene que ver con un modelo económico, hemos estado en una cuestión de consumo, pero el aislamiento nos llevó a un nivel de colaboración mucho más profundo con otras instituciones.
Aprendimos que el conocimiento puede viajar e instalarse en lo local, vimos cómo se genera conocimiento y llega a las comunidades, las cuales lo pueden desarrollar, y los artistas esparcen igualmente sus conocimientos, expuso Ángel Igor Lozada Rivera Melo, Coordinador General de Extensión y Difusión Cultural de la Universidad de Guadalajara.
Este jueves 1 de abril se realizó vía Internet el conversatorio Covid, año 1: La situación de las artes escénicas en América Latina, con la participación de los gestores y promotores: Juan Carlos Adrianzén, Director de Programación del Teatro Mayor de Bogotá; Clemencia Ferreiros, Gerente Cultural del Centro Cultural Británico en Lima, Perú; Ángel Igor Lozada Rivera Melo, Coordinador General de Extensión y Difusión Cultural de la Universidad de Guadalajara, y Pamela López, Directora de Programación y Audiencia del Centro Cultural Gabriela Mistral de Santiago de Chile.
Lo digital nunca va a sustituir a lo presencial –destacó Igor Lozada Rivera Melo-- pero quedó demostrado que definitivamente es una herramienta muy útil, aunque no necesariamente representa una solución económica.
Sin embargo, nos ha permitido construir comunidades con públicos que nunca habían tenido acceso a este tipo de proyectos artísticos desde el enfoque de salud y su relación con la cultura; en otros lados apenas están empezando a surgir los discursos sobre la necesidad de la cultura y su relación con la salud mental.
El Coordinador General de Extensión y Difusión Cultural de la Universidad de Guadalajara consideró que, desde su experiencia, durante este año de pandemia por Covid 19, lo que en Cultura de la UdG han sido capaces de aprender y desarrollar es la construcción de comunidad, independientemente de los modelos que se haya decidido seguir, ha existido un crecimiento de esa comunidad y ha sido posible entender poder entender que la comunicación directa, uno a uno, no importa si es digital, vivencial, transhumántica, chamánica, o en la forma que sea, es la que clara la necesidad de la conformación de comunidad.
Clemencia Ferreiros, Gerente Cultural del Centro Cultural Británico en Lima, Perú, señaló que en este país no hay una política política institucional para el sector artístico, de manera que mucho del trabajo que se lleva a cabo en el campo de las artes escénicas es autogestivo, y el desarrollo precisamente de esta capacidad autogestiva ha sido la aportación más importante para que estos grupos puedan seguir creando, subsistiendo y en algunos casos incluso florecer, lo que al mismo tiempo va de la mano cear colectividad.
La gestora cultural del Cultural del Centro Cultural Británico en Lima, Perú agregó que asimismo la pandemia hizo propicio el desarrollo y la creación de asociaciones y de redes que no existían.
Aseguró que esto es algo que es ha ido madurando pues se incluso se han trazado estrategias consensuadas para la acción común por parte de agrupaciones independientes. La enseñanza ha sido la necesidad de trabajar en colectivos y alcanzar el mayor desarrollo en e proceso creativo de los artistas Pamela López, Directora de Programación y Audiencia del Centro Cultural Gabriela Mistral de Santiago de Chile, estimó, por su parte, que desde su perspectiva lo que ha podido ver en este año de pandemia es que los artistas y particularmente el sector de las artes escénicas tienen una “resiliencia tremenda, fuimos capaces de acomodarnos y transformarnos. El teatro y la danza no pararon, a pesar de que pudieron cerrarse todos los teatros del mundo, las artes escénicas no se detuvieron.