De niña, Natalie Erika James era una persona muy asustadiza, y al mismo tiempo se sentía atraída por los dramas sicológicos que veía en las películas. Aunque no se sabe explicar a ciencia cierta de dónde proviene su atracción por la cinematografía de terror, la cineasta australiana considera que el género le ha servido como “una manera de procesar y trabajar en esos miedos que solían darme pesadillas todo el tiempo”.
Tal es el caso también de su primer largometraje, Relic: herencia maldita. La idea de hacer la película surgió luego de una visita a su abuela en que ella ya no pudo recordar a Natalie. “Eso tuvo un gran efecto en mí. Creo que fue el sentimiento de rigidez viniendo de alguien que siempre me había visto con amor, y que ahora me veía como a una extraña. Eso dejó su marca”, contó la cineasta en entrevista.
Relic... narra la historia de una madre y una hija que viajan a la casa de campo donde vive su abuela. Cuando llegan al lugar, las dos mujeres se dan cuenta de que su familiar muestra indicios de inestabilidad mental, mientras su entorno poco a poco se vuelve más sobrenatural.
La directora de cine creció en Asia, así que muchas de sus referencias culturales, incluido el cine, provienen de países como Japón y China. Probablemente también de ahí su interés por lo que a ella le gusta llamar “horror sicológico”, género que ya antes ha explorado y que desea seguir desarrollando.
James considera que dicho género cinematográfico ha crecido mucho en los años recientes. Incluso estima que, hoy día, hay una mayor tolerancia del público hacia su cine. Aunque no descarta explorar otro tipo de narrativas en el futuro, de momento está concentrada en seguir haciendo horror y sci-fi.
En Relic: herencia maldita, la cineasta quería “crear con la estructura de la historia la sensación de un lento declive que rápido se sale de control y se vuelve confuso”. Así que, consciente de las dificultades al momento de recrear la sensación de miedo, se basó en cambiar varias veces la perspectiva desde la que contaba su filme.
“Tienes que ser muy inventivo con la escritura. Saber de dónde van a venir los sustos, y no mostrar una mano muy pronto. Para mí, también es misterio, y eso, en sí mismo, es una especie de mood, algo que he disfrutado en otras películas”, explicó James.
De alguna forma, Relic... es también una metáfora sobre el miedo a la muerte y los terrores más allá de ella: la pérdida de memoria y, por tanto, la pérdida en vida. En una de las escenas de la película, los personajes deciden acompañar antes que huir por temor. Aun como una cinta de terror, Natalie Erika James quería plasmar fragilidad y humanidad.
“Una forma de estar ahí hasta el final de la vida. De alguna forma tu presencia les ayuda. Da miedo ver a alguien a quien amas decaer tanto física como mentalmente. Creo que el impulso de todos es huir de eso, porque es muy impactante, es incómodo, te duele, te hace pensar en tu propia mortalidad”, explicó la cineasta australiana.
“En Japón lavas el cuerpo de tu ser amado luego de fallecer. Hay algo muy visceral e incómodo en eso, pero también algo muy hermoso e íntimo. Te ayuda a lidiar con el hecho de que han abandonado su envoltura mortal, de alguna forma.”
La película fue hecha en Australia con ayuda de fondos que el gobierno de ese país destina a la producción cinematográfica. “Creo que lo genial de grabar en ese país fue que se está haciendo conciencia para tratar de rectificar algunos de los desbalances de género en la industria”, afirmó Natalie.
Aunque Relic: herencia maldita es su primer largometraje, James ya había dirigido cuatro cortos también de terror. La cineasta aseguró estar feliz de vivir en un momento en que la mentalidad de las personas está cambiando a una en que se busca la participación de las mujeres de manera más activa en el cine.
La película se estrenará en México el próximo fin de semana.