La bahía de Petacalco, Guerrero, se ha convertido, con toda la zona que la rodea, en el punto de una disputa criminal, pues es el punto de acceso más rápido hacia los estados de México, Michoacán, Morelos, Puebla, y la capital del país, en cuanto a los centros de abastecimiento de precursores químicos, centros de producción de drogas sintéticas combinadas con fentanilo, trasiego de goma de opio y heroína, señalaron integrantes del gabinete de seguridad.
La costa del Pacífico en el área de Petacalco es “tiradero” de paquetes de droga, y sitio de partida de corredores de distribución que abarca Tierra Caliente y municipios mexiquenses como Coatepec Harinas, donde recientemente asesinaron a 13 policías. Por ello, las fuerzas armadas, es decir, integrantes de las secretarías de la Defensa Nacional y de Marina Armada de México, han incrementado las vigilancias terrestre y marítima.
Las fuentes consultadas refirieron que la bahía de Petacalco se convirtió en sitio estratégico para la recepción y distribución de cargamentos de fentanilo y precursores químicos al puerto de Manzanillo y de Lázaro Cárdenas, para los cárteles Jalisco Nueva Generación, Sinaloa, Guerreros Unidos y La familia michoacana, en sus diversas células.
Así, el gobierno mexicano ha dedicado mayor tiempo y elementos a combatir a los grupos que delinquen desde estas latitudes, ya que estas organizaciones buscan el control de áreas como Zihuatanejo, Petatlán y toda la Costa Grande de Guerrero, así como de las rutas hacia sitios del estado de México, como Ixtapan de la Sal, Coatepec Harinas, Toluca, y la capital mexicana. En otras rutas, por carreteras estatales que llevan de Petacalco a la zona de Colima y Michoacán, han establecido derroteros que conducen a municipios como Apat-zingán y Morelia, mientras la vialidad costera los lleva hacia el norte a entidades como Colima y Nayarit. Una de las principales cargas que se trasladan, especifican las fuentes, es fentanilo y sus precursores de diseño que sólo sirven para crear esta sustancia que es un fármaco clasificado como analgésico opioide de origen sintético derivado de la fenilpiperidina.
Extremadamente mortal
El fentanilo es usado clínicamente en pacientes con dolor crónico o para manejar el dolor después de las cirugías (cuidados paliativos). Es 100 veces más potente que la morfina y 50 veces más que la heroína; en México es catalogado como estupefaciente, encontrándose en tres presentaciones: polvo, pastillas y liquido (ampolletas), refieren informes de las fuerzas armadas.
Esta sustancia puede provocar que la respiración se haga más lenta o se detenga por completo, así como reducir la cantidad de oxígeno que llega al cerebro (hipoxia), la cual puede llevar a un estado de coma, causar daños permanentes en el cerebro y/o derivar en la muerte; además, suele generar trastornos mentales como el consumo compulsivo; puede ser difícil de controlar la ingesta y llevar a la comisión de delitos, es extremadamente mortal en dosis a partir de 2 miligramos.
La Comisión Nacional contra las Adicciones ha revelado encuestas realizadas a jóvenes en las que manifiestan el consumo de fentanilo, al menos una vez en su vida, en los estados de Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Guerrero, Guanajuato, Jalisco, Ciudad de México, Morelos, Nuevo León, Sinaloa, estado de México, Quintana Roo, Tlaxcala y Yucatán.
A la fecha, no hay ninguna evidencia sobre el establecimiento de un laboratorio para la producción de esta droga en el país.
La Evaluación Nacional sobre Amenaza de Drogas 2017, presentada por la agencia de control de drogas estadunidense (DEA), señala que existen cinco rutas de tráfico ilícito de fentanilo de Asia hacia Estados Unidos, y dos de ellas corren por territorio mexicano.