Juchitán,Oax.- Zapotecas de esta región del Istmo de Tehuantepec celebraron el Domingo de Ramos como es tradición en Semana Santa, solo que en esta vez fue con acceso restringido y medidas sanitarias.
Es el único municipio en México en donde los vivos conviven con los muertos, pues para los zapotecas la Semana Santa es el inicio de un nuevo ciclo de vida.
La celebración se llevó acabo en el acceso principal del cementerio llamado Domingo de Ramos, que tiene aproximadamente 10 mil tumbas y un anexo recién habilitado a propósito de la pandemia del COVID-19, que cuenta con apenas cincuenta sepulturas.
Flores, velas, bebidas y hasta canciones fueron ofrendas dedicadas a los difuntos, pero en esta ocasión no se permitió permanecer en las sepulturas hasta altas horas de la noche, como en otros años, pues el tiempo fue limitado a diez minutos.
En el acceso principal del cementerio, las autoridades locales obsequiaron gel antibacterial y aplicaron desinfectante a todos los que ingresaron.
No se permitió la entrada a menores de edad ni de forma masiva, solo a dos personas por familia. Personal de protección civil, policía municipal y uniformados de la Guardia Nacional estuvieron recorriendo los sitios a fin de evitar aglomeraciones. Los panteones, por acuerdo de las autoridades, cerraron a las 16:00 horas.
El coordinador de protección civil de Juchitán, José Manuel Ríos Cartas, expresó que el exhorto se hizo con anticipación y afortunadamente hubo consciencia ciudadana. Agregó que fueron aproximadamente 2 mil personas quienes acudieron a dejarle ofrendas a sus seres queridos.
“La gente llegó y entendió , eso da muestra de que estamos entendiendo la magnitud de esta pandemia, que desafortunadamente se ha llevado a muchos de nuestros seres queridos, por eso en esta ocasión fue una celebración distinta , con restricciones” agregó.
Con flores, velas y música de banda, la familia Hernández Cabrera, convivió un par de horas en la sepultura de Mariano Hernández Cabrera, quien falleció hace seis meses víctima de un infarto.
Vestidas de ropa oscura, la esposa de Mariano y sus hijas recordaron lo alegre que era y como tradición decidieron acompañarlo en este Domingo de Ramos.
Hace cuatro meses también murió Cecilio Regalado Guerra, su esposa e hijos acudieron a su tumba y le ofrecieron flores.
“Es tradición y nosotros aquí estamos, le trajimos sus flores favoritas y vino toda la familia, ahora dicen que el panteón lo cerrarán muy temprano, entonces nos vamos a la casa, ahí en nuestro altar también le pusimos flores”, afirmó la familia.
Yesenia Corona Tolentino no cabe de la tristeza, hace cinco meses su hijo de 22 años fue asesinado y ahora, en frente de su tumba le reza, le coloca flores y le canta sus canciones favoritas. Ella dedicó este Domingo de Ramos a convivir con su hijo y sentir su presencia espiritual, porque asegura es una forma de no sentir su ausencia.
“Le traje flores y le pusimos su música, toda la familia llegó, por tradición estamos aquí celebrándolos y reencontrarnos”, dijo Yesenia.
En Juchitán las muertes por COVID-19 han disminuido, sin embargo datos de los contagios continúan, por lo que el exhorto de las autoridades es quedarse en casa.