Dar positivo al SARS-CoV-2 ha desencadenado entre algunos integrantes del personal sanitario de primera línea de atención un “riesgo suicida” por “el temor a enfrentar todo lo que un paciente de Covid-19 llega a experimentar”, señaló Claudia Becerra Palars, directora de Servicios Clínicos del Instituto Nacional de Siquiatría Ramón de la Fuente Muñiz.
“Ese riesgo suicida ha llegado a ameritar en algunos casos la hospitalización siquiátrica por ideación suicida estructurada”, gatillada por el miedo a sufrir lo que ven a diario en sus jornadas laborales.
En la conferencia virtual Salud mental del personal de salud en México, investigación y su traslado a políticas de atención, comentó que personal médico con algún diagnóstico siquiátrico previo exacerba su condición a causa de la pandemia y algunos desarrollan cuadros depresivos o “ideas delirantes en relación con el Covid”.
A razón de esto, y de otros problemas emocionales generados en este sector, lo que empezó el 20 de abril de 2020 como una investigación con clínicas virtuales, a partir del 16 de diciembre pasado se convirtió en el Programa de Atención a Personal de Salud de Primer Contacto en la Pandemia, esquema que será una acción permanente tras las etapas críticas de la enfermedad.
Rebeca Robles García, coordinadora del Centro de Investigación en Salud Mental Global del Instituto Nacional de Siquiatría, explicó que, a medida que avanzó la pandemia, las necesidades del personal médico que atiende a pacientes Covid fueron cambiando.
Al principio, cuando surgieron los primeros casos en el país, algunos de los integrantes de los equipos de primera línea experimentaron “estrés agudo”, que genera ansiedad, pero luego, cuando ya había una transmisión comunitaria del virus y “llevaban tiempo atendiendo todos los días a pacientes con Covid, y sabían de las consecuencias letales de esta enfermedad”, hizo su aparición el “estrés crónico”, detonador de la depresión.
“Cuando empezaron los primeros casos, nos dimos cuenta de que los problemas de salud mental eran muy altos, sobre todo en el personal de primera línea, con frecuencia de 52 por ciento de insomnio, 37 por ciento de depresión, 37.5 de estrés postraumático y 22 por ciento de ansiedad y somatización. Estos porcentajes son muy similares a los que se presenta en población general en escenarios de conflicto bélico. Así que no estamos muy lejos cuando decimos que, en términos de salud, ésta es una batalla campal contra el virus”, detalló.
Los factores de riesgo para presentar los problemas señalados son “un diagnóstico o sospecha de Covid, que lo tuviera un familiar y una experiencia de duelo por esa enfermedad”.
Becerra Palars agregó que se ha atendido en su mayoría a personal médico, de enfermería y de laboratorio, y destacó que un reto a vencer es la “dificultad para reconocer la vulnerabilidad” que tiene el personal sanitario y, por ende, “la resistencia a la búsqueda de ayuda”.