Afrobeats (con una “s”), no debe confundirse con afrobeat, un género que nació del talento musical del ícono cultural nigeriano Fela Anikulapo Kuti. Afrobeats es la etiqueta comercial que se le impuso a la música pop africana que en los últimos tiempos ha emergido como el mayor movimiento sonoro del continente negro.
El término, que aún confunde a muchos, ha servido también para cubrir bajo un mismo manto una diversidad de géneros africanos de los que se vale para su expresión danzaria, provocando el reclamo a que se corrija para no mostrar una cultura musical “monolítica”.
La etiqueta afrobeats se creó a finales de la década de 2000 en un intento de mercantilizar una floreciente escena de clubes del Reino Unido entre los hijos de migrantes africanos, en gran parte de países como Nigeria y Ghana. A medida que la era de Internet alimentaba las conexiones entre los africanos del continente y los de la diáspora, los DJ notaron una creciente demanda de música pop de África Occidental y llenaron este vacío con fiestas y programas de radio llamados Afrobeats Nights. Los medios de comunicación del Reino Unido se dieron cuenta de que la música cambiaba la vida nocturna entre los jóvenes negros británicos y comenzaron a difundir y apoyar a destacadas estrellas nigerianas como 2Face, D’Banj y P-Square que recreaban música tradicional con elementos modernistas.
No es casualidad que no se acuñara en los clubes de la isla de Lagos ni en las calles de Festac. Afrobeats anima y encaja perfectamente en una narrativa familiar pero falsa sobre África en donde existe una gran variedad de músicas y ritmos.
Afrobeat, según lo expresado por Fela, es una fusión de música nigeriana: highlife y juju impregnada de ritmos de jazz y funk. Afrobeats, por su parte, es un collage de ritmos electrónicos, percusiones africanas, dance hall, hiphop, soca caribeña, versos repetidos, voces en lengua nativa y pidgin english con letras alegres cargadas de buenas vibraciones que no tiene casi nada que ver con la conciencia social que despertó Kuti.
Mientras que la música de Fela Kuti era una llamada al despertar de los nigerianos para que se dieran cuenta de la injusticia que tenían alrededor, las nuevas generaciones transmiten otra percepción de África. Ahora se trata de hacer hincapié en la belleza del continente, su felicidad y, sobre todo, su estilo de vida impecable.
Davido, una de las estrellas de esta corriente lo dejó claro en una entrevista de 2017 cuando dijo: “En África ocurren tantas cosas que lo último que quiere la gente es escuchar música triste”.
Respecto a un término que defina a esta corriente, seguidores de Fela Anikulapo han sugerido etiquetas alternativas como afropopo afrofusion. Una de las voces más fuertes en este impulso ha sido Burna Boy, chico malo de la industria musical nigeriana y nieto del primer mánager de Fela, quien recientemente obtuvo el Grammy en la categoría de mejor álbum de música global por Twice As Tall y se niega a referirse a su música como afrobeats. “Es realmente sentimental para mí, mi familia está involucrada, cuando dices afrobeats, sé lo que es afrobeats y no es lo que estás escuchando en mi trabajo. No, no es eso”.
Una solución mucho más simple y respetuosa es referirse a lo que actualmente se conoce como afrobeats por sus nombres locales: highlife, fuji, gqom, bongo flava… y así sucesivamente, equipando a los nuevos oyentes con el vocabulario adecuado para experimentar las diferentes culturas. Aunque hay algunos artistas que han elegido otra palabra. Wizkid, Davido y Burna Boy se refieren a su sonido con el nombre de afrofusion. Mientras que Mr. Eazi prefiere llamarlo Banku Music para poner de manifiesto la influencia que Ghana ha tenido en su arte.
Sea como fuere, estos artistas han hecho de la música africana un fenómeno global. Los avances tecnológicos en el continente también han influido en el éxito que el afropop ha tenido en la última década. El afropop se ha difundido con rapidez al mismo tiempo que el uso de Internet y de los smartphones se ha popularizado en África Occidental y de ahí, al mundo. Las redes sociales han unido a aquellos que están en África con la diáspora que ha emigrado fuera del continente. YouTube y WhatsApp han hecho posible los intercambios culturales de manera instantánea.
En pocos años el afropop ha alcanzado metas muy elevadas y de eso escribiremos en la próxima entrega.