En el país hay macrorregiones con altos problemas de contaminación, como las zonas concesionadas a la minería que cubren 28 por ciento del territorio nacional y hay al menos 400 minas que operan en gran parte de Sonora, Chihuahua, Sonora, Sinaloa y Zacatecas, sostuvo Andrés Barreda, investigador de la Facultad de Economía de la UNAM.
El daño que deja la minería no se restringe a una región, sino que, igual que la acción petrolera, atraviesa grandes porciones del suelo nacional con consecuencias ambientales negativas, dijo durante el foro Las regiones de emergencia ambiental: definición y localización en México, organizado por Conacyt.
Explicó que hay macrorregiones en emergencia ambiental sometidas a alta contaminación, entre las que se encuentran las cuencas petroleras cercanas al Golfo de México, que ocupan casi la cuarta parte del territorio nacional.
A ello se suma otro factor de la misma escala, que tiene que ver con dinámicas de explotación de agua subterránea. Por ejemplo, el área del desierto chihuahuense ha sido sobrexplotada en las aguas subterráneas, lo que ha contaminado. Apuntó que hay cuencas hidrológicas destruidas, la peor es la del río Lerma-Santiago, que pasa por los estados de México, Michoacán, Guanajuato y Jalisco.
Dijo que otras áreas de emergencia ambiental son corredores industriales que se establecieron a partir de la entrada en vigor del TLCAN, entre ellos los de Guadalajara, León, el norte de la Ciudad de México, Hidalgo, del Valle de Toluca y los de Puebla y Tlaxcala.