Nueva York. El nuevo gobierno de Estados Unidos se pronunció ayer por una solución de “dos estados”, entre el gobierno israelí y las autoridades palestinas, “sin medidas unilaterales que dificulten la solución, como la anexión de territorio, la actividad de asentamientos, las demoliciones, la incitación a la violencia y la concesión de indemnizaciones a personas encarceladas por actos de terrorismo”.
En una reunión de alto nivel del Consejo de Seguridad, Richard Mills, representante permanente interino de Estados Unidos ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), sostuvo que la política del presidente Joe Biden en Medio Oriente es “asegurar el futuro de Israel como Estado democrático y judío, y a la vez sostener las legítimas aspiraciones palestinas de un Estado propio y una vida con dignidad y seguridad”.
Mills declaró que el gobierno de Biden tiene la intención de restablecer la ayuda a los palestinos, la renovación de relaciones con los líderes y tomar medidas para reabrir las misiones diplomáticas cerradas en el mandato del ex presidente republicano Donald Trump.
El plan de paz dado a conocer por Trump hace un año prevé un Estado palestino desconectado que entrega partes claves de Cisjordania a Israel, poniéndose de parte de éste en importantes asuntos contenciosos como las fronteras, el estatus de Jerusalén y los asentamientos judíos. El plan fue rechazado no sólo por la Autoridad Nacional Palestina, sino también por la comunidad internacional.
En 1967, durante la Guerra de los Seis Días, Israel ocupó los territorios de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este, que de acuerdo con la ley internacional pertenecen a los palestinos, que las reclaman como parte de un futuro Estado independiente. La comunidad internacional considera esas áreas “territorios ocupados”.
Israel ha construido una vasta red de asentamientos judíos en los que viven casi 700 mil colonos en Cisjordania y Jerusalén desde su captura.
Mills aseguró que la administración del demócrata Biden “restaurará un compromiso creíble de Estados Unidos con palestinos e israelíes”.
Agregó que la paz no puede ser impuesta a ninguna de las dos partes y resaltó que el progreso y una solución final requieren la participación y acuerdo de israelíes y palestinos.
En tanto, el jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, propuso en la reunión realizar una conferencia ministerial internacional en la primavera o en el verano boreal, sin precisar lugar, con la finalidad de abordar el conflicto israelí-palestino.
La iniciativa fue valorada de manera positiva en principio por el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, mientras la representación de China expresó su respaldo.
En la última asamblea general anual de la ONU, el líder de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, destacó que la solución del conflicto debe lograrse “sobre la base del derecho internacional” y los parámetros acordados por la comunidad internacional.
En este contexto, el jefe del ejército israelí, Aviv Kohabi, pidió al gobierno de Biden que no se reincorpore al acuerdo nuclear con Irán, firmado en 2015, aunque se endurezcan los términos del tratado, y señaló que ordenó a sus fuerzas que intensifiquen los preparativos para una posible acción ofensiva contra los iraníes el próximo año.