Para el próximo 22 de abril, Día de la Tierra, se espera la entrada en vigor del Acuerdo de Escazú. México depositó ayer ante la Organización de Naciones Unidas (ONU) el instrumento de ratificación del formalmente llamado Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y El Caribe.
Es el primer instrumento regional jurídicamente vinculante para garantizar los derechos de los defensores del medio ambiente.
En una ceremonia virtual, con funcionarios mexicanos de las secretarías de Relaciones Exteriores y de Medio Ambiente, legisladores, ciudadanos ambientalistas y Alicia Bárcena, titular de la Comisión Económica para América Latina, la subsecretaria de Relaciones Exteriores, Martha Delgado, lo consideró “histórico”.
El Acuerdo de Escazú, sostuvo, es una muestra de los valores de la región y un compromiso “con la democracia, los derechos humanos y el desarrollo sostenible”.
Al entrar en vigor, dijo, permitirá a los países que lo conforman “garantizar el derecho a disfrutar un ambiente sano para nosotros y las futuras generaciones”.
Argentina cumplió ayer también el trámite correspondiente.
El acuerdo es resultado de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible (Río más 20) que se realizó en 2012 y la Decisión de Santiago de 2014 adoptada por 24 países.
Arturo Argueta, subsecretario de Medio Ambiente, señaló que será crucial para la protección de la naturaleza.
Por el Senado intervinieron los presidentes de las tres comisiones que facilitaron su aprobación: Beatriz Paredes, de Relaciones Exteriores de América Latina y El Caribe; Héctor Vasconcelos, de Relaciones Exteriores, y Raúl Bolaños Cacho-Cué, de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático.
Asimismo, fueron invitados a intervenir Tomás Severino, representante del público dentro del mecanismo regional del acuerdo, y Leydy Araceli Pech Martín, activista, apicultora y defensora de la comunidad maya. Todos coincidieron en la importancia de contar con un instrumento de esta naturaleza, que obligue a proteger a los defensores del ambiente.