El consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova, sostuvo que son tiempos en que la intolerancia y la irresponsabilidad política “no sólo debemos señalarlas, sino combatirlas”.
Resaltó que la toma del Capitolio, el pasado 6 de enero, “mostró cómo la polarización y la intolerancia, alimentadas por noticias falsas, prejuicios ideológicos y un uso poco ético de las redes sociales, representan una amenaza a la democracia”.
Durante su participación en el tercer seminario organizado por el INE y la UNAM “Democracia y elecciones en el mundo” insistió en que ese hecho, “inédito en una de las democracias más antiguas y consolidadas”, la de Estados Unidos, es parte de los desafíos actuales.
La amplia participación ciudadana que registraron las elecciones sin duda muestra que todos debemos abonar a que este fenómeno no dañe nuestra convivencia democrática, a la par que evidencia los desafíos que enfrentamos”, insistió Córdova.
A su vez, especialistas coincidieron en que se requiere una reforma al sistema electoral estadounidense, aunque ello es poco probable.
Sébastien Brack, director del Programa Elecciones y Democracia de la Fundación Kofi Annan, refirió que con la mayoría con que cuentan los demócratas en el Congreso, únicamente les quedaría convencer a diez republicanos para lograr este cambio ante la evidente necesidad que tienen de que se concrete.
A su juicio, lo ocurrido durante los últimos cuatro años con Trump abrió la puerta a muchos gobiernos autoritarios para que sientan que tienen derecho de obtener más poder, por lo que el papel de esta nación será fundamental en el escenario global.
El investigador del Centro de Estudios sobre América del Norte de la UNAM, José Luis Valdés Ugalde, coincidió en que resulta inviable que se concrete esa reforma, ya que necesariamente implicaría la desaparición del Colegio Electoral para regresar a que cada voto cuente.
Por su lado, el director de la Facultad de Derecho de la UNAM, Raúl Contreras, frente a lo ocurrido en Estados Unidos, resaltó las “fortalezas” del sistema electoral mexicano, que hoy más que nunca resulta ejemplar: “podemos sentirnos satisfechos de que tenemos un sistema del que no tengo duda habrá de resistir el reto de la pandemia”.