San Francisco Del Mar, Oax. Tras diez meses de emergencia sanitaria por la pandemia de Covid-19, este municipio de origen huave, ubicado en el istmo de Tehuantepec, con sus más de 7 mil habitantes no ha registrado contagios de esa enfermedad durante todo este tiempo.
“La clave, dice el presidente municipal priísta, Juan Carlos Vargas Gómez, es el mensaje para la población: “si se quieren y aman, usen el cubrebocas, además de la instalación de filtros sanitarios en los accesos al poblado, donde se pide a los visitantes usar cubrebocas y se sanitizan los vehículos.
Asimismo, la repetición frecuente del llamado a la población: “Quédate en casa, usa tu cubrebocas” y “lávate las manos”, los cuales desde primera hora se difunden en los altavoces y en las dos radios comunitarias Radio Huave y La Voz de Dios, esto, dijo, ha servido para contener los contagios en la cabecera municipal y sus siete agencias locales.
Entre marzo y mayo, refirió el alcalde, colocaron un filtro sanitario y por la inconformidad de la gente se retiró, pero el próximo lunes se volverá a colocar, después de conocer el aumento de casos en Oaxaca, entidad que hasta el viernes registraba 32 mil 540 contagios y 2 mil 363 defunciones.
“Al que ingresa a San Francisco del Mar se le hace la invitación a que porte el cubrebocas, aunque mucha gente no cree, nosotros cumplimos con informarles, lo hacemos casa por casa, llevamos el mensaje de cuidado y protección, les decimos que el cuidado es personal”, explicó Vargas Gómez.
Son pescadores 70% de habitantes
En San Francisco del Mar, 70 por ciento de sus habitantes son pescadores y su alimentación se basa en todo lo extraído del mar, es decir, alimentos ricos en omega 3, pues aseguran, sirve de protección y barrera ante la cepa de Covid-19.
Aunque el municipio está en semáforo verde, eso no significa bajar la guardia, al contrario, ahora con los altos contagios que registran la entidad y el Istmo, de nuevo se reforzarán las medidas sanitarias, añadió el edil. “Aquí hay muchos adultos mayores, vamos a instalar de nuevo el filtro, tomando en cuenta a los comerciantes y pescadores, porque ahí es donde estaba la inconformidad que por fortuna ya quedó superada”, aclaró.
Pese a que en diciembre pasado hubo fiestas y reuniones, en los primeros días de enero exhortó a la ciudadanía, mediante escritos, a evitar aglomeraciones.
“Las cantinas y bares abren. Aquí el trabajo de concientización lo hacemos desde la autoridad, pero el cuidado es individual. La gente debe acatar las recomendaciones y con ello hemos librado 10 meses de pandemia”, mencionó.
La unidad médica del Instituto Mexicano del Seguro Social es la única clínica que hay en la localidad, atiende de lunes a viernes, hay médicos y enfermeras, pero los derechohabientes se quejaron por la escasez de medicamentos para la gripe, tos o enfermedades gastrointestinales.
“El virus no mata, pero sí la pobreza”
Por su parte, los habitantes de la agencia municipal Pueblo Viejo pidieron a las autoridades que atiendan su demanda de energía eléctrica, la cual tienen suspendida por conflictos internos entre grupos políticos y sociales desde hace cuatro años y en plena pandemia.
“Estamos desesperados, la gente que tiene dinero o un empleo regular adquirió sus paneles solares y también su planta de energía; pero la mayoría no tenemos”, señaló Cecilia López, encargada del centro de salud.
Agregó que el virus no los ha matado, pero sí la pobreza. La comunidad suma 700 habitantes.