La Asociación Sindical de Pilotos de Aviación de México (ASPA) destacó que siempre que ha sido necesario apoyar a Grupo Aeroméxico ha actuado de forma “responsable”, y refrendó su “disposición al diálogo para encontrar una solución que permita a la empresa cumplir con el inversionista”.
Sostuvo que desde 2004 ha apoyado la viabilidad de Aeroméxico y Aeroméxico Connect y aseguró que la empresa pretende aprovechar la coyuntura” del Covid-19 para “vulnerar de manera permanente las condiciones de trabajo con la amenaza de terminar el contrato colectivo de trabajo”.
En 2004, los pilotos signaron un convenio de introducción del Boeing 737 y se congeló por dos años el salario de las tripulaciones. Dos años después aceptaron un aumento de percepciones menor a la inflación y “toda la planta incrementó sus jornadas de vuelo mensuales a 90 horas y disminuyeron sus recesos”.
En 2005, por el convenio de introducción del Boeing 777, los pilotos redujeron nuevamente sus recesos y en 2007 firmaron un nuevo acuerdo para “apoyar la viabilidad financiera de las aerolíneas; esos ahorros representaron 33 millones de dólares, pero en dos años no hubo incremento salarial y el ahorro real fue de 39 millones de dólares”.