Durante la primera quincena de enero la inflación fue de 0.51 por ciento, impulsada por mayores precios de gasolina y gas LP de uso doméstico, reportó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Fue la mayor variación en cuatro años para un periodo similar, añadió.
En su variación anual, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), que mide la inflación, se ubicó en 3.33 por ciento, dentro del margen objetivo del Banco de México (BdeM), que es 3 por ciento con un intervalo de un punto porcentual hacia arriba o abajo.
Analistas de Monex destacaron que la inflación se mantuvo por quinta quincena consecutiva dentro del rango objetivo del banco central.
Julio Santaella, presidente del Inegi, comentó que la inflación en la primera quincena de enero fue la más alta para un periodo similar en cuatro años.
El índice de precios subyacente, el cual elimina los bienes y servicios cuyos precios son más volátiles, fue de 0.24 por ciento quincenal, mientras que a tasa anual fue de 3.83 por ciento.
Los precios de las mercancías aumentaron 0.39 por ciento y los de los servicios 0.06 por ciento quincenal.
La inflación no subyacente fue de 1.37 por ciento quincenal y 1.84 por ciento anual. Por sector, los precios de los productos agropecuarios crecieron 0.31 por ciento quincenal y los de los energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno 2.17 por ciento.
Los productos que presentaron mayor incremento quincenal fueron la gasolina de bajo octanaje con 3.26 por ciento, mientras el gas LP aumentó 5.33 por ciento, la papa y otros tubérculos se encarecieron 9.40 por ciento.
Santaella destacó que la mayor incidencia a los precios al consumidor provino de los energéticos, que aportaron 0.283 punto de los 0.514 que subió el INPC. “En años anteriores esta incidencia había sido negativa”, dijo.
En contraste, derivado de la pandemia de Covid-19, el precio del transporte aéreo se desplomó 20.89 por ciento en la primera quincena de enero, mientras la cebolla disminuyó 10.39 por ciento.
Monex señaló que la dinámica de la pandemia supuso un factor importante, pues tradicionalmente las variaciones negativas las registran las mercancías, no los servicios turísticos como sucedió en esta ocasión.
Destacó que “las cifras de la primera quincena de enero constituyen una sorpresa moderada. Si bien, la dinámica del mes pudiera deberse tanto a un efecto rebote de precios que se habían mantenido deprimidos como a incrementos de una sola vez en el caso de los servicios, el índice general seguirá siendo vulnerable en tanto la inflación subyacente no muestre un descenso sostenido”.
Analistas de HR Ratings revisaron su expectativa de inflación para el cierre de 2021, de 3.6 a 3.9 por ciento.
Señalaron que el impacto en la inflación subyacente se originó por el incremento en los impuestos, particularmente a las mercancías alimenticias.
El ajuste al impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS) influyó, a pesar de que el movimiento se hizo en línea con lo presentado en años pasados.
Acotaron que antes se realizaban ajustes a las cuotas del IEPS de tabacos y bebidas saborizadas, pero no cada año.
Pese la posibilidad de una mayor inflexibilidad en la inflación subyacente por el alza en los impuestos y la contaminación del incremento en los precios de las gasolinas sobre las mercancías y algunos servicios, HR estimó que el BdeM realice dos recortes de 25 puntos base en su tasa de interés de referencia en primer semestre del año.