Moscú. La policía detuvo al líder opositor Aleksei Navalny, quien llegó ayer en un vuelo procedente de Berlín al concluir su rehabilitación en una clínica de la capital alemana, cuando se disponía a pasar el control de pasaportes en el aeropuerto Sheremetievo de la capital rusa.
La detención –vista en directo a través del canal de televisión de paga Dozhd (Lluvia), así como de diversas plataformas de Internet, que transmitieron un extenso reportaje en línea desde que el opositor y su esposa, Yulia, abordaron el avión de la compañía Pobeda (Triunfo), con periodistas y camarógrafos a bordo– se hizo a solicitud del Servicio Federal Penitenciario (FSIN, por sus siglas en ruso), que emitió, el 29 de diciembre anterior, una orden de búsqueda y captura en su contra.
Se imputa a Navalny no acudir a firmar dos veces por semana desde septiembre pasado en una inspección de Moscú, requisito para mantener la libertad condicional, cuyo periodo de prueba se extendió en 2017 hasta el último día de 2020, por una condena en 2014 a tres años y medio de cárcel que el mayor adversario del Kremlin califica de “infundada” por un polémico caso “fabricado”. Además, Navalny llegó a Rusia con un fallo en la mano de la Corte Europea de Derechos Humanos que le dio la razón al considerar “arbitrario” el caso.
Ahora, un juez deberá dictaminar si Navalny, cuando estaba convaleciente en Alemania, infringió el reglamento y procede cambiar la libertad condicional por prisión efectiva, en una sesión programada para el 29 de enero siguiente, dentro de 12 días que el opositor, en opinión del FSIN, deberá permanecer en prisión preventiva, pero que puede adelantarse en cualquier momento.
El vuelo de Pobeda, compañía de bajo costo que pertenece al gigante de la aviación rusa Aeroflot, tenía programado arribar al aeropuerto de Vnukovo, en el otro extremo de la ciudad, pero faltando seis minutos para el aterrizaje las autoridades ordenaron el cierre de las pistas y desviaron el vuelo hacia Sheremetievo.
También impidieron la salida de vehículos de Vnukovo y cortaron el tráfico en la avenida que da acceso a Sheremetievo. A pesar de ello, una nube de reporteros y camarógrafos esperaban al opositor en ambos aeropuertos, y algunos periodistas se apostaron, por si acaso, en Domodiedevo, el tercer gran aeropuerto de Moscú.
Cientos de seguidores de Navalny –53 de ellos detenidos por la policía– fueron desalojados por la fuerza del edificio del aeropuerto Vnukovo, pero no se movieron, a pesar de la temperatura de 20 grados bajo cero que hacía afuera, en espera de que saliera su líder.
Antes de llegar a la zona de migración, Navalny improvisó una breve declaración que grabaron los reporteros que viajaron con él: “Estoy feliz, es el mejor día de los cinco meses recientes (que duró su rehabilitación en Alemania), esta es mi casa, no tengo miedo y sé que tengo razón porque todos los casos penales en mi contra son fabricados”.
La #UniónEuropea condena la detención de Alexéi #Navalny
— DW Español (@dw_espanol) January 18, 2021
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, pidió este lunes a #Rusia que libere al opositor ruso. #NoticiasDW / mcr pic.twitter.com/5FwaAuhQM7