La toma de casetas el año pasado resultó en una pérdida de 2 mil 818 millones de pesos, respondió la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) a una solicitud de información. Los recursos que se evadieron son del Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin), de Caminos y Puentes Federales (Capufe), las concesiones al Arco Norte e Ideal, así como de la Autopista Tepic-Mazatlán.
De enero hasta inicios de noviembre del año pasado se registraron 4 mil 970 tomas de casetas en la infraestructura administrada por el gobierno y concesionada. Prácticamente, por hora se dejaron de percibir 386 mil pesos en los primeros 10 meses de 2020. Lo anterior sin contar la caída de ingresos al reducirse la movilidad por la pandemia de Covid-19.
Sólo en Capufe se tiene registrada una pérdida de 154 millones de pesos; en Fonadin, de mil 231 millones, exhibe la dependencia; 41 millones en el Arco Norte del Valle de México y la toma en la autopista Tepic-Mazatlán sumó un boquete de mil 390 millones de pesos, reportó en distintos archivos la SCT.
Las pérdidas que resultan de esos hechos llevaron a que, en diciembre pasado, la Cámara de Diputados avalara cárcel por la toma de casetas en el país. La reforma a la Ley Vías Generales de Comunicación –ahora encaminada para su aprobación en el Senado– promueve penas de seis meses hasta siete años de prisión para quienes lucren con la ocupación de casetas o afecten las instalaciones.
La votación dividió. Por un lado, parte de los legisladores de la bancada de Morena y PT argumentaron que la toma de casetas es una forma de protesta social, por el otro, el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador llegó a denunciar que lucra con la situación, grupos que actúan de forma ilícita, “como el huachicol”, como se conoce al robo de combustible.
De acuerdo con la información reporta por la SCT, las tomas de casetas son realizadas por distintos grupos sociales. Sólo en el Arco Norte, se reportan bloqueos de comerciantes, cirqueros y movimientos sociales. Sin embargo, 132 de ellas que informó la SCT fueron realizadas por “ferieros”, una de las actividades que no opera por la contingencia sanitaria.
También son más frecuentes las manifestaciones de grupos que se definen como “desempleados por Covid-19”.