En línea con la acción tomada con la deuda soberana, Standard and Poor’s Ratings (S&P) mantuvo este viernes la calificación de Petróleos Mexicanos (Pemex) sin cambio, dentro del rango del llamado grado de inversión, nivel que permite a la endeudada empresa financiarse a menor costo.
Una de las razones para mantener la nota, esgrimió la calificadora, es que la empresa petrolera cuenta con el respaldo financiero del gobierno federal “ante un escenario de estrés financiero, pese a que el Estado no garantiza la deuda de la empresa”.
Otro factor que consideró S&P en la evaluación, de acuerdo con un comunicado de la calificadora, fue “la reversión de la política energética de México bajo la administración actual, que reposiciona a Pemex como el principal participante y frena la entrada de capital privado en el sector energético en el país”.
El jueves pasado, S&P mantuvo sin cambio la calificación de la deuda emitida por el Estado mexicano, tanto en moneda nacional como extranjera, con una perspectiva negativa, lo que implica una posible baja en la nota en un plazo de 12 a 18 meses. En el caso de Pemex, la perspectiva también fue ubicada en negativa.
Las calificaciones de firmas como S&P son una referencia en los mercados internacionales de deuda para determinar la posibilidad de incumplimiento de un emisor, ya sea del ámbito gubernamental o del sector privado. Algunos fondos de inversión sólo pueden tomar papeles de entidades calificadas con grado de inversión, que implica una posibilidad marginal de incumplimiento.
Petróleos Mexicanos, que enfrenta una caída en la producción de crudo y ha recibido apoyo financiero de la actual administración, tiene una deuda de 105 mil millones de dólares, que la convierte en la empresa petrolera con los mayores pasivos en el mundo.
En el comunicado emitido ayer, Standard and Poor’s expuso que la fuerte caída de los precios del petróleo y las dificultades para aumentar los volúmenes de producción han debilitado los indicadores crediticios de Pemex y, al mismo tiempo, han aumentado las presiones de liquidez.
“Nuestra evaluación del apoyo extraordinario del gobierno a Pemex permanece sin cambios. Si bien no garantiza la deuda de Pemex, el gobierno ha brindado ayuda de forma recurrente a la petrolera en los pasados dos años con aportaciones de capital, beneficios fiscales, gestión de la deuda, y una estrecha colaboración para evitar el robo de combustible”, dijo la calificadora.
Mencionó que dicho apoyo ha sido insuficiente para atender completamente las necesidades de fondeo de Pemex, pero deja en claro el historial de apoyo gubernamental a la empresa.
“Otro factor que consideramos en nuestra evaluación es la reversión de la política energética de México –que el sexenio pasado se abrió al capital privado nacional y extranjero– bajo la administración actual, que reposiciona a Pemex como el principal participante y frena la entrada de capital privado en el sector energético en el país”.
En opinión de S&P, se ha hecho evidente que este plan aumenta los incentivos del gobierno para respaldar a Pemex, si es necesario, ya que la administración apunta a ampliar el papel del Estado en el sector energético, el cual ha considerado estratégico.
“Nuestra evaluación de la probabilidad de apoyo del gobierno para Pemex captura el rol crítico para el gobierno mexicano, tanto desde el punto de vista económico como para la ejecución de la política energética del país. Nuestra evaluación también incorpora el vínculo integral entre la empresa y el gobierno que detenta la propiedad total de la petrolera y la elevada participación gubernamental en todas las decisiones estratégicas de ésta.”