Somos pintores de la necedad: los Siameses Company
Marisa Lara y Arturo Guerrero inauguran exposición en el Museo del Estanquillo con 300 piezas elaboradas durante 40 años

Sábado 12 de abril de 2025, p. 2
Los Siameses Company somos pintores de la necedad
, dijo Marisa Lara sobre el binomio creativo que durante cuatro décadas ha formado con Arturo Guerrero, con quien inauguró la noche del jueves la amplia exposición Bipolaridad visual en el Museo del Estanquillo Colecciones Carlos Monsiváis.
La artista explicó que la muestra es un recorrido por estados de ánimo, por quebrantos, traspiés, anhelos, sinsabores, esperanzas y necedad. Después de 40 años de estar pegados, es que somos muy necios
.
La muestra se organiza en 10 núcleos temáticos en dos salas del recinto capitalino para presentar alrededor de 300 piezas elaboradas a partir de 1984 y hasta la producción más reciente de los artistas, entre las que se halla pintura, dibujo, escultura, grabado y fotografía. Algunas piezas son parte del acervo del museo.
Los pintores asistieron ataviados con su traje de luchador o siamés o ambas cosas, en tonalidades café con afelpadas orejas. Lara invitó a los interesados a “una especie de aventura, de travesía, por 40 años de trabajo al alimón, en los que hemos intervenido las mismas piezas al mismo tiempo. De ahí la si-multaneidad de nuestra propuesta.
Somos los curadores y los hacedores de la muestra que van a ver, en el sentido de que hemos conceptualizado el contenido, lo hemos traducido en palabras a partir de imágenes. El enlace entre la palabra y la imagen está aquí muy tipificado
, detalló Lara.
Arturo Guerrero mencionó la importancia de la riqueza que legó Carlos Monsiváis en el recinto. “Es muy emocionante porque con Monsi pudimos mantener una amistad personal que nos llevó siempre a descubrir, con él como cómplice, nuevas zonas de lucha libre en la Ciudad de México, en Iztapalapa o en la Obrera”.
Relató la ocasión en que los tres fueron a buscar a Pedro Infante a un sitio peligroso en la colonia Guerrero, aventura que el cronista recogió en su libro Escena de pudor y liviandad. Según lo descrito, el actor y cantante contó que no sucumbió en el accidente aéreo en Yucatán sino que era amigo de Fidel Castro y llevaba en el avión armas para la revolución en Cuba y por ende las policías del mundo lo buscaban.
Alejandro Brito, director del recinto, destacó que recorrer los 10 núcleos en que se divide la exposición es acceder a “un laberinto de alucinaciones, guiados sólo por nuestra capacidad de asombro. Este par de alquimistas del arte nos transportan por mundos oníricos y pesadillescos, habitados por seres híbridos de naturalezas diversas.
Es un descubrimiento, continuó, de figuras voluptuosas cargadas de erotismo que fornican y se cachondean en hoteles de paso o en vehículos estacionados en calles oscuras de la capital, la Ciudad de México, esa gran urbe caótica y festiva de cuyos lugares recónditos y secretos mundanos los siameses son conocedores consumados, es protagonista central en su obra
.
Acompañados también por Beatriz Sánchez Monsiváis, secretaria de la Asociación Cultural El Estanquillo, y Gerardo Cedillo, coordinador Nacional de Artes Visuales del Instituto Nacional de Bellas Artes, los Lara y Guerrero encabezaron la primera de tres acciones performáticas, la llamada El Hallazgo, con la cual regalaron una de sus obras a un asistente que encontró un código escondido en la terraza del museo.
En las salas 1 y 2 del espacio cultural los artistas guiaron el desarrollo del performance El Anhelo, en el que enlazaron al público a través de un hilo rojo que, dijeron, se refiere lo mismo a la leyenda japonesa de la unión a través del tiempo de los amantes, a las venas del cuerpo y a emociones que vinculan a los seres humanos. Fue establecer una comunidad en la que cada individuo preserva anhelos, esperanzas y deseos.
Pidieron a los asistentes que pensaran en su propio afán, cerraran los ojos y se concentraran en su anhelo, para después recuperar el hilo y conservarlo en una vitrina para ir creando un corazón con las vibras de los asistentes que acudan a la exposición y deseen participar.
Dos salas albergan una explosión que imbuye al espectador en una gama de emociones. La revisión de la creatividad de Lara y Guerrero desde una diversidad de técnicas y materiales en los que prima la experimentación con una paleta de colores cálidos y potentes.
Hay imágenes que proponen trasiegos por el sueño o los rincones más increíbles de la ciudad, mientras las tonalidades acarician y seducen la mirada; texturas que proponen terrenos inhóspitos bajo la égida de los pintores. Se percibe la noche o el atardecer en los rincones citadinos mientras se atisban detalles y motivos culturales de raigambre colectiva en la urbe.
Hay ensueño que irradia la poderosa duplicidad del genio de los siameses. Hemisferios e imágenes que muestran el anverso y el reverso de la realidad en una alteración de los convencionalismos. Lo que es el derecho es el izquierdo, el arriba es abajo y su contraparte, parecen sugerir los trazos, las facetas, las exploraciones matéricas y urbanas de los creadores, que a la vez son protagonistas de sus obras.
La exposición es también un inventario de piezas únicas que dialogan: las parejas que bailan en multitud de cuadros, las oscuridades que alardean mensajes esenciales, el espacio clínico angélico donde el blanco y azul contrastan con el rojo más intenso que tiñe las líneas de un poema de lectura un tanto difícil: Tu mirada infernal y divina vierte confusamente la buena acción...
Hay profundidad y atisbamiento en las innumerables capas de la verdad. Internamiento en la siamesidad minina, corporal, emotiva, citadina, contrastante. Si alguien se pregunta qué mira un gato, esta muestra es una buena oportunidad de saberlo.
La exposición Bipolaridad visual continuará en el Museo del Estanquillo Colecciones Carlos Monsiváis (Isabel La Católica 26, Centro Histórico) hasta agosto próximo.