La esencia histórica de Cuauhtémoc, el último tlatoani de Tenoch-titlan, está en su legado para la lucha social de los mexicanos y toda la humanidad, afirmó el escritor David Moreno en la presentación de los libros Cuauhtémoc negado y La esencia histórica de Cuauhtémoc, del investigador Jorge Veraza Urtuzuástegui.

“Dejó un legado de actos heroicos y generosos, pero también de habilidades, no sólo guerreras y militares, sino de inteligencia política, que puede verse en la Consigna de Anáhuac”, resaltó el también responsable de la editorial Ítaca.

“En ella llamó a su pueblo a pasar la lucha a otra etapa, ya que en el plano guerrero estaban derrotados, y (advirtió) que venía otra fase de la lucha, una muy larga, que llega hasta la actualidad.

“La Consigna de Anáhuac es un documento inaugural; abre un largo proceso de la historia de México que Jorge (Veraza) expone (en el libro La esencia histórica de Cuauhtémoc), que va desde la lucha contra la invasión española a la civilización de Anáhuac y su destrucción, la lucha de resistencia en la Colonia y hasta por la Independencia, en 1821. Tiene, pues, una materialidad práctica, nos dice Jorge. Fue una lucha que construyó la historia de México, y de esa lucha estamos hechos”, refirió Moreno.

La presentación de los dos libros publicados por Ítaca ocurrió el sábado en una sesión del Círculo de Estudios Brújula Metropolitana para conmemorar el 500 aniversario del asesinato del último gobernante de la capital mexica. Además del editor y el autor, en ese acto participó el antropólogo Jesús Trinidad.

En palabras de Moreno, un elemento en común de ambas obras es la insistencia en el valor de la razón para la lucha social. “El valor no es sólo la inteligencia ni la astucia, sino la verdad como instrumento de lucha. En Cuauhtémoc negado, Jorge se dedica a desmontar los ataques que se levantaron contra Eulalia Guzmán por la verdad que ella encontró, que defendió y a la que dio su vida”, dijo en referencia a los restos óseos hallados por la arqueóloga en 1949 en Ixcateopan, Guerrero.

De La esencia histórica de Cuauh-témoc señaló que el autor evalúa la gesta de ese tlatoani de su nacimiento a su muerte, mediante el análisis del origen del héroe. Asimismo, en una panorámica histórica de la invasión española, contextualiza la gesta de Cuauhtémoc, Moctezuma y Cuitláhuac como héroes comprensibles sólo desde la perspectiva de la civilización de Anáhuac y no desde la mirada euroasiática dominante en las investigaciones históricas convencionales.

Según Jorge Veraza, economista y doctor en estudios latinoamericanos, es muy complejo rencontrar y reconstruir la verdad en la historia de México, en específico la concerniente a la Conquista o, como él la denomina, la invasión, al estar plagada de falsedades.

Es una estructuración de mentiras. Hay infinidad de capas de mentiras, y, en un rincón, solita, está la verdad, apachurrada, afirmó el autor, quien para argumentar citó por ejemplo el episodio histórico de la aprehensión de Cuauhtémoc, pasaje sobre el cual, apuntó, hay varias descripciones.

Sostuvo que en la versión dada por Bernal Díaz del Castillo en la Historia verdadera de la Conquista de la Nueva España hay la intención del invasor de desfigurar la imagen del líder contrario cuando recoge las supuestas palabras del tlatoani en las que pide a Cortés que lo mate con el cuchillo que lleva en el cinto.

Es una mentira, una escenificación para mover al desprecio o a la conmiseración del vencido, en todo caso, pero que la tenía merecida. Es una búsqueda de consenso de acuerdo con el vencedor, pulsando los sentimientos del lector o el escucha.

Mencionó que una serie de investigadores dilucidaron las inconsistencias de tal versión, y con ello quitaron una primera capa de mentiras, al argumentar que las costumbres en la cultura mexica marcaban que, tras una batalla, existía la posibilidad de que los líderes de los ejércitos se enfrentarán para decidir el combate.