Miércoles 19 de febrero de 2025, p. 10
En México, seis de cada 10 niñas, niños y adolescentes de uno a 14 años han sufrido algún tipo de disciplina violenta o maltrato en el hogar. El modelo para mantener el orden a través de la violencia debe cambiar por la crianza positiva, pues los menores afectados suelen repetir patrones agresivos en la edad adulta, cuyas consecuencias van más allá de la esfera doméstica, aseguraron especialistas.
Durante el foro nacional La paz comienza en casa: crianza positiva para prevenir la violencia, organizado por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) México, explicaron que la crianza positiva es el conjunto de prácticas de cuidado, protección, formación y guía que ayudan al desarrollo, bienestar y crecimiento saludable y armonioso de los menores.
Eso no significa que los límites y la disciplina no existan, sino que los cuidadores deben priorizar el diálogo sin ver a los menores como propiedad.
Crianza sin violencia
Enna Paloma Ayala Sierra, directora de políticas de acceso a una vida libre de violencia de la Secretaría de las Mujeres, señaló que es clave la relación entre crianza, disciplina y violencia, pues hay una tendencia a normalizar esta última.
Para Maki Kato, de Unicef México, las consecuencias de la violencia en la infancia son profundas, duraderas y amenazan su futuro. Afectan la salud mental, el desempeño escolar y aumentan el riesgo de adoptar conductas antisociales y de repetir patrones de violencia durante la edad adulta
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Apuntó que garantizar una crianza positiva no sólo protege a la niñez, sino que transforma el futuro de toda la sociedad, pues la violencia contra la infancia y adolescencia cuesta entre 2 y 10 por ciento del PIB mundial.
En tanto, Esthela Damián Peralta, subsecretaria de Prevención de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, subrayó que las violencias se gestan desde la infancia en el hogar, la disciplina se confunde con el castigo, el diálogo es remplazado por el autoritarismo y el miedo sustituye al respeto.
Para Lorena Villavicencio, del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes, las reglas en los hogares deben ser consensuadas para que los menores sepan lo que implica el cuidado.