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La curiosidad nos lleva lejos, no se rindan, recomiendan niñas científicas mexicanas

Clubes, concursos e indagaciones propias impulsan su desarrollo

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▲ Hoy se conmemora el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.Foto cortesía de Daira Jazmín Vargas Bedolla
 
Periódico La Jornada
Martes 11 de febrero de 2025, p. 6

Desde distintas regiones del país, cuatro niñas mexicanas: Ana Paola, Xareni, Sophia y Daira han enfrentado desafíos, se plantean preguntas audaces y buscan respuestas.

En entrevista con La Jornada, en el contexto del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, compartieron cómo, a través de clubes, concursos y proyectos de investigación, han recorrido desde los bosques de niebla hasta indagar cómo convertir aceite usado en jabón quitamanchas.

En un mundo donde aún existen barreras para las mujeres, sus historias reflejan cómo, a pesar de los obstáculos, la perseverancia y el acceso a oportunidades puede abrir puertas para que más niñas se conviertan en científicas.

Si pudiera hacer un experimento sin límites, investigaría el comportamiento de los tiburones en el fondo del mar: ¿Cuál es su conducta? ¿Cómo viven? ¿Cómo podría mezclar eso con la tecnología, dijo Ana Paola Paredes Ruiz, de 14 años.

Su interés por la naturaleza comenzó desde pequeña, cuando quedó maravillada por la exuberancia del bosque de niebla que rodea su casa en Coatepec, Veracruz. Mientras mis padres trabajaban, yo me quedaba con mis abuelos y jugaba en el jardín. Ver a los insectos interactuar con las plantas despertó mi curiosidad.

Aquella inquietud creció con el tiempo, alimentada por una serie de estímulos: un libro de insectos, una enciclopedia sobre los océanos que hojeaba una y otra vez, y, más tarde, una computadora que su madre le obsequió.

Ana Paola se siente atraída por las plantas y los insectos, pero también por la robótica y la tecnología. Estoy buscando una carrera que combine las dos áreas, contó.

Si pudiera construir un robot, lo diseñaría para ayudar a las personas de edad avanzada. Me gustaría que pudiera asistirlos en su día a día, recordarles tomar sus medicamentos o acompañarlos en tareas sencillas.

Para ella, la electricidad e Internet son los descubrimientos más revolucionarios de la humanidad.

Un jabón quitamanchas es el proyecto científico más importante en el que ha trabajado Daira Jazmín Vargas Bedolla, de 8 años. La idea surgió después de ver cómo una vecina de su colonia, en Morelia, Michoacán, desechaba aceite después de freír donas.

Me puse a investigar qué podía hacer con él, y decidí hacer jabones. Ahora, en lugar de tirarlo, me lo da a mí, relató.

El interés de Daira por la ciencia fue impulsado por su abuela, quien le hablaba de su importancia. Un día, intrigada por lo que podría aprender, le pidió a su mamá que la inscribiera en el Programa Adopte un Talento (Pauta) de la UNAM, donde los niños desarrollan proyectos científicos. Fue ahí donde Daira propuso transformar el aceite en jabones.

Con Alejandro Frank –reconocido investigador en física nuclear y molecular– como referente, considera que lo más valioso de su experiencia en Pauta ha sido aprender a no rendirse. La ciencia nos pone retos y nos enseña a ser más fuertes. Nos demuestra que, aunque algo no salga a la primera, podemos intentarlo de nuevo.

Si pudiera viajar al espacio, Xareni Castro Ayala buscaría un planeta habitable para los humanos. Sé que el más adecuado es Marte, así que me gustaría investigar qué adaptaciones necesitaríamos para vivir allí, afirmó.

A sus 15 años, Xareni sabe que su futuro estará ligado a la ciencia, aunque aún explora desde qué área. Le fascinan la biología y la botánica, pero también siente una atracción especial por la biología marina.

Me encantaría sumergirme en los arrecifes, descubrir los corales y averiguar todo sobre ellos: ¿Qué animales los habitan? ¿Cómo sobreviven al incremento de la temperatura en los océanos?, señaló.

Su interés por la ciencia surgió en un taller de suculentas en una escuela de Xalapa, Veracruz. Desde entonces, no ha dejado de participar en actividades de este tipo. En noviembre de 2024 formó parte del curso Exploradores del Bosque de Niebla, donde habló sobre los escarabajos escolitinos, insectos que se reproducen entre la corteza de los árboles.

Si tuviera enfrente a Sylvia Earle, bióloga marina y exploradora de National Geographic, le preguntaría ¿cómo logró pasar más de mil horas investigando bajo el agua durante el Proyecto Tektite?

Al pensar en un superpoder basado en la ciencia, ella se inclina por poder hablar con los animales en peligro de extinción. Me gustaría preguntarles qué necesitamos hacer para conservar sus especies.

Una mente inquieta

En el verano de 2021, Sophia Aquino Quiroz, entonces de 11 años, descubrió que la ciencia era mucho más que sólo teoría en los libros: podía experimentar, observar y cuestionar. Una amiga de su mamá la invitó al curso que ofrece el Centro de Investigaciones Científicas de Yucatán (CISY) para que los niños exploren diversos temas.

Nos dejaron hacer de todo: desde macerar semillas de habanero hasta trabajar con nitrógeno líquido. Fue genial, recuerda. Pero fue un experimento, El color de la vida de las plantas, lo que realmente la marcó. Ver cómo crecían de diferente manera cuando las pones bajo distintos tonos de luz: azul, rojo y luz natural, fue algo inolvidable.

Desde entonces, combina la escuela con su participación en clubes como Raíces Científicas. También, en competencias como Expociencias en Hermosillo, Sonora (2023), Ciencia y Arte en Yucatán, y Semilleros de Científicos, en Colombia (2024), donde obtuvo resultados sobresalientes.

A Sophia le preocupa la contaminación por plásticos y sueña con desarrollar un material biodegradable que los sustituya.

Viviendo en la península de Yucatán, los huracanes son un fenómeno que la intriga. Me impacta cómo un choque de temperaturas en el agua puede generar una fuerza tan grande capaz de destruir casas y levantar objetos.

A las niñas interesadas en la ciencia, les dejó un mensaje: No se rindan. Si encuentran a las personas adecuadas y siguen su curiosidad, llegarán lejos.