El descubrimiento de uno de los mayores complejos termales privados encontrados hasta ahora en Pompeya ha dado a los arqueólogos una nueva perspectiva de cómo era la vida en la antigua ciudad romana, devastada por la erupción del volcán Vesubio hace casi 2 mil años.

Los arqueólogos del lugar creen que el hallazgo, descrito como único en un siglo, constituye un ejemplo de cómo las casas privadas se utilizaban como espectáculo para ganarse el favor de los demás. Eran ocasiones valiosas para que el propietario se asegurara el consenso electoral de sus invitados, promoviera la candidatura de amigos o familiares, o simplemente afirmara su estatus social.

El sitio, descubierto en una villa romana, dispone de un espacio donde los invitados se bañaban antes de sentarse a disfrutar de suntuosos banquetes, indicaron en un comunicado los responsables del yacimiento situado cerca de Nápoles.

Todo estaba pensado para la puesta en escena de un espectáculo cuyo protagonista era el propietario, quien ofrecía una atmósfera de “griegoidad, es decir, de cultura, de erudición y de ocio”, explicó el doctor Gabriel Zuchtriegel, director del Parque Arqueológico de Pompeya.

Las paredes decoradas con pinturas de la guerra de Troya y la cámara frigorífica del complejo, la joya de la corona, indican que su propietario pertenecía a la élite de la ciudad y que se esforzó en crear un espacio en su casa pensado para ser un escenario de celebración que va más allá de lo que consideraríamos un espacio privado, según los estándares actuales.

El peristilo con la gran piscina en el centro y el complejo termal adyacente tenían la función de crear un ambiente de gimnasio griego, que se acentuó con las escenas atléticas añadidas posteriormente.

A juzgar por los bancos descubiertos, los visitantes se despojaban de sus ropas en un vestuario que podía albergar hasta 30 personas. Luego se relajaban en el caldarium, sala con un baño caliente; después pasaban al tepidarium, un área templada, y, finalmente se sumergían en el frigidarium, piscina de agua fría, ubicada en una sala muy impresionante, con un patio porticado de 10 metros de lado, en cuyo centro se encuentra la gran piscina, según la misma fuente.

Posteriormente, los invitados cenaban a la luz de las velas en una sala de banquetes con paredes negras, decorada con escenas de la mitología griega. “Así, el público, agradecido y hambriento, habría aplaudido con sincera admiración el espectáculo orquestado por el presentador, y después de una velada en su ‘gimnasio’ habría hablado de él durante largo rato”.

Al reseñar este descubrimiento, que se produce una vez cada siglo, según los arqueólogos, se puede tener una idea del marcado contraste entre los esclavos y la élite. Es posible imaginar la diferencia entre la suntuosa vida de la casa de baños en comparación con la sala del horno, donde los esclavos alimentaban el fuego trabajando todo el día, agrega el comunicado. Un muro es lo único que podría dividirte entre dos mundos diferentes.

La erupción del Vesubio, en el año 79 dC, ayudó a preservar muchos edificios de Pompeya casi en su estado original. La sala y el complejo termal forman parte de una gran villa en la que los arqueólogos han trabajado durante dos años.