Agentas culturales del siglo XX registra a las que hicieron canon en abrir mercado y gestionar la creación // Publica la UNAM
Domingo 5 de enero de 2025, p. 3
Poco o nada se ha escrito en torno al papel que tuvieron algunas mujeres al consolidar un gusto y conformar un canon al gestionar, abrir mercado, promover y visibilizar el arte dentro y fuera del país
, escribe Rosa Beltrán en el prólogo de Agentas culturales del siglo XX: Desafíos de una gestión.
Menos aún se había escrito de estas protagonistas desde una visión panorámica
, puntualiza la escritora y coordinadora de Difusión Cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Añade: Los trabajos donde se estudia a mujeres en el arte en México adolecen de las mismas carencias: inciden en ciertas figuras emblemáticas y las estudian desde las mismas perspectivas. Los nombres se repiten, pero también los papeles. La ausencia de muchas de ellas da la falsa sensación de que las mujeres en el arte han sido muy pocas y muy poco importantes en un discurso artístico dictado más bien por criterios masculinos
.
Las Amor, las incansables
Pecanins y más
El libro Agentas culturales del siglo XX, publicado por la UNAM, cuyas editoras son Graciela de la Torre, titular de la Cátedra Internacional Inés Amor en Gestión Cultural, además de coordinadora del proyecto, y la investigadora Ana Garduño, pone en el mapa a una serie de personalidades femeninas fundamentales para el desarrollo del arte en México.
Se incluyen en el volumen figuras como Carolina e Inés Amor, fundadoras de la Galería de Arte Mexicano; la coleccionista, mecenas y galerista María Asúnsolo; la fotógrafa Lola Álvarez Bravo, al frente de la Galería de Arte Contemporáneo; las incansables
Ana María y Teresa Pecanins, responsables del espacio que llevaba su apellido, y las críticas de arte Raquel Tibol, Ida Rodríguez Prampolini y Teresa del Conde.
Asimismo, Lydia Sada, Margarita Garza Sada de Fernández, Geles Cabrera, Ángeles Espinosa Yglesias Rugarcia, Dolores Olmedo, Carmen Barreda, Helen Escobedo, Sylvia Pandolfi, Graciela de la Torre, Margarita Nelken, Elisa Vargaslugo, Beatriz Ramírez de la Fuente y Juana Gutiérrez Haces.
Para Beltrán, un segundo problema
consiste en haber visto a algunas creadoras como musas inspiradoras (Frida Kahlo, Lupe Marín, María Antonieta Rivas Mercado y María Asúnsolo), que impidió que fuera visible su trabajo en la promoción, mediación y divulgación del arte; tampoco pudieron ser estudiadas como creadoras de una verdadera narrativa artística
. El presente libro, por fortuna, “subsana muchas de esas carencias.
“Es obvio que un primer trabajo de esta índole no puede ser exhaustivo. Sin embargo, obedece a una propuesta dictaminada por el Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM y tiene como complemento la serie de televisión Vindictas, proyecto con que la institución pretende hacer justicia a décadas de invisibilización de las mujeres en todos los campos del arte”, reconoce.
Completar la historiografía
De acuerdo con Ana Garduño, “la idea es empezar a rellenar un hueco que existe en la historiografía mexicana con relación en el estudio de las agentas culturales que han marcado una impronta en el escenario de las artes visuales de nuestro país.
No existe, a la fecha, un compendio biográfico que examine en un solo volumen a algunas de las gestoras culturales más destacadas de la modernidad.
Así, “se aborda el quehacer de varias agentas, vinculándolas con la conformación de las políticas culturales de la época –operando, por lo general, desde fuera del sistema político– y con el desarrollo de instituciones y espacios de difusión, comercialización y gestión de lo artístico.
“Además, este tomo piensa en la gestión de lo artístico desde, en y para el país. Dada la actual escasez de trabajos antecedentes, no considero que estemos todavía en posibilidad de hacer cotejos comparativos entre regiones o continentes. Ésa es una fase de construcción de este campo de conocimiento, y este libro aspira a contribuir a ello.
“Por ahora, la idea es evidenciar la relación existente entre las biografías de las mujeres seleccionadas –blanco-mestizas, urbanas, clases medias o altas y heterosexuales–, las políticas culturales hegemónicas y la naturaleza de sus aportaciones en el territorio del arte y la cultura desde lo museal, lo comercial, la filantropía y la crítica, todos ellos, procesos de mediación entre productor y espectador, entre productor y comprador.”