Las matemáticas no deben ser algo aburrido, por lo contrario, se pueden enseñar de forma más atractiva. Una clave es que el conocimiento matemático debe estar asociado a la experiencia cotidiana.

Conocer las matemáticas no sólo te da otro lenguaje, también te permite crear belleza, afirmó el doctor Ernesto Lupercio Lara, profesor investigador del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional.

En entrevista con La Jornada, el experto, quien ha hecho contribuciones innovadoras a la topología algebraica, la geometría y la física matemática y ha sido reconocido con los prestigiosos premios Twas-Rolac e ICTP Ramanujan, consideró que en las instituciones formadoras de maestros quizá se ha descuidado la formación matemática de los futuros docentes.

Muchas teorías modernas del aprendizaje de las matemáticas, indicó, descuidaron los contenidos. Muchos profesores no entienden el concepto (matemático) que están tratando de enseñar, que suele ser muy sutil, alertó.

En algunas acciones de vinculación que realiza el Cinvestav con profesores de educación básica, tuve la oportunidad de compartir con maestros de prescolar, primaria y secundaria, y les dimos un curso con ideas matemáticas que demostraban que este campo del saber está hecho con ideas, no son sólo números, y quienes lograban asimilar y disfrutar más rápido este contenido eran las profesoras de prescolar, porque no tenían arruinada su imaginación.

Creatividad y recepción

Se trata de maestras que trabajan muy cerca de los niños, y me parecieron las más creativas y receptivas para las ideas matemáticas, porque responden a la imaginación de los niños. Por eso, destacó, se puede afirmar que las matemáticas no deberían ser una disciplina o un contenido curricular aburrido o que despierte temor en los alumnos.

Sin la perspectiva histórica de la imaginación, que la vemos desde Galileo, la matemática parecería un castigo. Y hay paradoja, porque al querer hacer las matemáticas útiles de inmediato, las haces feas, indicó. Tenemos que estar dispuestos a comprender las matemáticas como son, con su belleza, y es cuando puedes usarlas en la vida diaria. Son muy poderosas; incluso podríamos decir hasta peligrosamente poderosas, y ahí tenemos la bomba atómica.

Riesgo de la inteligencia artificial

Lupercio Lara, quien ha sido reconocido por la promoción del conocimiento matemático en jóvenes y futuros investigadores, destacó que otro aspecto de esta disciplina se puede constatar en los riesgos de la inteligencia artificial (IA), como los ChatGPT, basados en tecnologías como el procesamiento de lengua natural o el aprendizaje automático.

Se ha demostrado que salen mejor en evaluaciones de conocimientos que abogados y médicos, en estos campos del conocimiento. Sabemos que no están pensando, entonces, ¿qué está pasando? Son un montón de matrices de números multiplicándose.

Ante estos avances, consideró que la gran tragedia de la educación moderna es que se centra en saber poner una coma o entender una palabra, pero no necesariamente en comprender ideas básicas, pero fundamentales, de las matemáticas.

Subrayó que si somos ignorantes, la máquina nos va a controlar. Y la IA sólo nos puede gobernar si nosotros no somos inteligentes, si no desarrollamos nuestro intelecto humano natural, que es una potente herramienta.