Lunes 2 de diciembre de 2024, p. 23
La administración de Donald Trump, que comenzará el 20 de enero de 2025, no impondrá aranceles específicos a México, ya que las cadenas de suministro están muy integradas y los incentivos de la presidenta Claudia Sheimbaum están alineados con los del republicano, afirmó Gabriel Casillas, economista en jefe para Latinoamérica de Barclays.
Aunque la agenda política de Trump es incierta, comentó Casillas, las posibles implicaciones para las economías de América Latina serán a través de cuatro canales potenciales: comercio, condiciones financieras globales, remesas y diplomacia.
No obstante, el país que se vería más afectado por las políticas de Trump es México, que es el principal socio comercial de Estados Unidos. Además, es el segundo destino de las exportaciones del vecino del norte con más de 16 por ciento del total.
Desde la firma del TLCAN en 1994, las empresas estadunidenses han representado una media de 50 por ciento de toda la inversión extranjera directa en México, con una varianza muy baja.
En este contexto, a pesar del reciente flujo de noticias, Barclays cree que la administración de Trump no impondrá aranceles específicos a México, incluido el 25 por ciento anunciado.
Un socio importante
“Si bien México fue una piñata electoral en la campaña de Trump, creemos que será reconocido como un socio comercial importante en su administración.
Por el contrario, las políticas de fragmentación de Trump atraen inversiones a México. En este contexto, creemos que una vez que se aclaren ciertas políticas, México debería seguir beneficiándose de la deslocalización cercana, compensando la desaceleración actual
, sostuvo Casillas.
Explicó que más que imponer aranceles a México, miembros influyentes del Congreso de Estados Unidos y asesores de Trump han aconsejado a la próxima administración que aplique las normas de origen en lugar de imponer impuestos.
En particular, quieren evitar que las empresas chinas eludan las normas del T-MEC y exporten a Estados Unidos tras un cambio de marca Hecho en México.
En segundo lugar, el régimen de tipo de cambio de libre flotación de México podría neutralizar rápida y casi automáticamente los aranceles. En tercer lugar, los incentivos de la presidenta Sheinbaum están alineados con los de la administración Trump.