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Operaban una financiera en Tenancingo

Condenan a 2 estafadores a mil 115 años de cárcel; las víctimas son jubilados

Causaron daño económico a más de 240 personas // Poco más de 91 millones de pesos, monto del delito

Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 12 de septiembre de 2024, p. 30

Tenancingo, Méx., Mario Alberto Becerril García y María Angélica Díaz Pichardo fueron condenados ayer a mil 115 años y seis meses de prisión por un Tribunal de Alzada del Poder Judicial del estado de México, que los encontró responsables del delito de fraude cometido en agravio de más de 240 personas de este municipio; la mayoría son de la tercera edad.

Los enjuiciados ya habían recibido una sentencia por mil 69 años de prisión, la cual apelaron, y en esta segunda instancia no sólo ratificaron su culpabilidad sino que les aumentaron 46 años más a su pena y se les impuso una multa de 2 millones 419 mil 133 pesos a cada uno de los imputados.

De acuerdo con el expediente abierto por la Fiscalía General de Justicia mexiquense, Becerril García y Díaz Pichardo, junto con un cómplice, defraudaron a 244 habitantes de Tenancingo, demarcación ubicada en el sur del estado.

Los tres se hacían pasar como socios de una caja de ahorros denominada Empuje Regional a Micro y Mediana Empresa, Sociedad Financiera Comunitaria, y se dedicaban a invitar a personas, en su mayoría de la tercera edad, a invertir su dinero en dicha institución con la promesa de que obtendrían ganancias superiores a las del mercado general, que iban de 12 a 20 por ciento anual, además de la promesa de que con llegarían a ser socios de esta financiera.

Cientos invirtieron sus recursos en esta empresa a través de depósitos en una cuenta bancaria a nombre de Empuje Regional a Micro y Mediana Empresa, Sociedad Financiera Comunitaria, y otros más en efectivo.

En suma, llegaron a recaudar poco más 91 millones a lo largo de los 10 años que operó este esquema que comenzó en 2009.

En agosto de 2019, algunas víctimas del fraude solicitaron la devolución de su dinero y los rendimientos generados; sin embargo, los ahora condenados se negaron regresar sus ahorros con el argumento de que no tenían fondos para pagar.

Los defraudados denunciaron el ilícito ante la Fiscalía.

La financiera cerró sus oficinas ubicadas en la cabecera municipal de Tenancingo y los implicados huyeron.

Tras varios meses de investigación, se pudo identificar a los responsables y dar con su paradero para presentarlos ante la justicia.

Después de un largo proceso penal fueron sentenciados por un juez de control, y ahora, cuando apelaron la condena, en segunda instancia un Tribunal de Alzada en materia penal no solo ratificó la culpabilidad sino les incrementó lacondena.