El beisbol, a diferencia de otros deportes, se disputa todos los días. Por eso las emociones sólo duran un instante. Sólo habían transcurrido unas horas desde que los Diablos Rojos hicieron la hazaña de remontar una serie para llegar a la final de la Liga Mexicana de Beisbol y ya estaban en concentración para enfrentar a los Sultanes de Monterrey, a partir de esta noche en el estadio Alfredo Harp Helú.

Remontar una larga serie que se perdía 3-0 fue difícil, pero eso ya pasó. Hoy todo es nuevo, resume el mánager de Diablos, Lorenzo Bundy.

Fue una serie de mucha intensidad, con las emociones a tope. Ayer (domingo) disfrutamos mucho, festejamos y hoy estamos en la concentración para jugar la Serie del Rey.

Diablos Rojos tardó una década en regresar a una serie final de la LMB, la última vez que estuvo en la disputa del título fue en 2014, el año que culminaron como campeones. Después vinieron años de esfuerzos fallidos, la inversión de la directiva en un majestuoso estadio en la Magdalena Mixhuca, pero el equipo no lograba avanzar a esta etapa.

Fue una década de espera, pero no la viven con la angustia de quien se siente obligado a salir otra vez campeón. Esta vez hay una comunión en los escarlatas que los hace soñar con el título 17, que ha sido esquivo para el equipo más ganador de la liga.

No hay presión en Diablos Rojos, afirma Bundy; porque sólo se siente presionado quien no está preparado y mi gente sí lo está. No nos sentimos así, sólo tenemos que jugar beisbol.

Bundy transmite la seguridad de quien se sabe respaldado por un equipo sólido. Cuenta con un lanzador espectacular que fue clave en la remontada ante Guerreros de Oaxaca. El estadunidense Trevor Bauer lanzó siete entradas con una sola carrera y 13 ponches el jueves pasado y el domingo salió como relevo para rescatar a los escarlatas con cuatro entradas en los que sólo permitió dos imparables y sacó a cinco bateadores. Bundy adelantó que el serpentinero estará listo para entrar en acción el viernes en Monterrey.

Bauer es un hombre de los que no hay demasiados, reflexiona Lorenzo Bundy; trabajó siete entradas el jueves y tres días después entró como relevo porque él mismo pidió la pelota. La pidió para ganar.

Tener un lanzador como Bauer puede intimidar a cualquier bateador, pero no a un mánager como Roberto Kelly, el timón de los Sultanes de Monterrey.

Nosotros no pensamos si estará Bauer o no; sólo jugará un partido. Lo que sí debe ocupar nuestra mente es el equipo de Diablos, porque sabemos de lo que son capaces, así que nos concentramos en nuestro plan, pero tendremos que hacer ajustes cuando así lo exija la serie.

Ayer en el estadio de los Diablos, los mánagers lucieron felices de disputar la serie final como representantes de los equipos con aficiones más fieles.

Sus estadios suelen tener asistencia importante de manera regular y sus equipos tienen abolengo. Pero hoy será distinto, porque en el beisbol todo cambia en unas horas.