Martes 3 de septiembre de 2024, p. 4
La repetición compulsiva que evoca la obra de Diego Velázquez y el erotismo ligado a la pulsión de muerte freudiana son parte de los referentes que se expondrán en la ponencia Transfiguraciones de la reina Mariana: Azar, compulsión y erotismo en la obra de Alberto Gironella, que forma parte del coloquio internacional 100 Años del Surrealismo del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En entrevista con La Jornada, Jorge Alberto Barajas Tinoco, doctor en historia del arte, menciona que la producción artística del pintor mexicano adoptó un interés en explorar la leyenda negra española y el imaginario detrás de ella cerca de los años 60, luego del viaje de Gironella a Nueva York para visitar el estudio de Joseph Bartolí.
“Durante este viaje, Gironella acudió al Museo Metropolitano de Arte, que en esas fechas albergaba una exposición dedicada al pintor español Diego Velázquez; el mexicano acudió con interés de observar el retrato de la reina Mariana de Austria.
En la sala de exposición se encontró con una mujer cuya presencia y cabello eran similares al tocado de la reina plasmado en el lienzo de Velázquez, lo que llevó a Gironella a obsesionarse con ello
, refirió Barajas Tinoco.
De acuerdo con el experto, con esto comenzó obras con reinterpretaciones de Velázquez y los mitos alrededor de los personajes plasmados en ellas. Su enfoque se centró en tres pinturas, principalmente: Mariana de Austria, El niño de Vallecas y Las meninas el primero, uno de los más referenciados en la obra de Gironella de 1960 a 1987.
Barajas mencionó que, además de la inspiración en Velázquez, Gironella intentó reflejar parte de su cultura, ya que el mexicano contaba con ascendencia catalana por su padre, en tanto su madre era yucateca.
En cuanto a su acercamiento al surrealismo disidente, Barajas señaló que Gironella fue impulsado por referentes literarios y de la plástica con el fin de acercarse al lado opositor, entre los cuales está la cercanía con el escritor Ramón del Valle-Inclán en obras como El esperpento, donde se evoca la deformación de la realidad, y la lectura de El erotismo y Las lágrimas de Eros, del francés George Bataille.
“La mezcla de estas imágenes bajo la lupa de la lectura de Las lágrimas de Eros, donde se observa una fotografía del suplicio chino Leng T’ché o muerte por mil cortes, marcan un cambio en la perspectiva del erotismo plasmada en Gironella. Para Bataille, el éxtasis de la muerte y el de un orgasmo son prácticamente lo mismo, y la cúspide de la experiencia humana.
Gironella plasmó esta visión al representar a la reina Mariana siendo torturada, con lo que se pone al placer y al dolor como dos caras de una moneda cuyo punto común es el éxtasis
, aseguró el especialista.
A pesar de que el surrealismo cumple 100 años de ser una corriente disruptiva, Barajas Tinoco destacó su vigencia respecto de los temas abordados por Gironella, como la violencia de género, los cuales se retoman en la actualidad, tanto para el cine como para las artes plásticas.
