Tigres es un equipo que impresiona por los jugadores que tiene. Cuando alguno no es capaz de definir un partido, hay otros con la misma experiencia para hacerlo. La victoria de ayer contra Pumas (3-1), en el estadio Olímpico Universitario, puede medir los alcances del plantel felino.

Con desventaja y sin el francés André-Pierre Gignac en su mejor forma física, los goles de Ozziel Herrera y Fernando Gorriarán dieron vuelta al marcador para cerrar la sexta fecha de la Liga a lo grande.

Como generalmente ocurre en estos casos, los de la UNAM terminaron por entregar la derrota con un fuerte reclamo de su afición. Casi todos buscaron culpables.

El 1-0 del mexicoargentino Rogelio Funes Mori desafió el poder de los regiomontanos en los primeros 15 minutos. El Mellizo corrió a la misma velocidad que César Huerta, quien disparó y provocó el rebote del arquero Fernando Tapia, para después empujar la pelota sin que ningún defensa pudiera alcanzarlo.

Es cierto que el impacto del gol hizo que Tigres por momentos retrocediera. De ser el mayor referente en el ataque felino, Gignac dejó de pensar en solitario para que sus compañeros tuvieran oportunidad de acercarse. De esa manera, Gorriarán provocó el error del zaguero argentino Lisandro Magallán, quien lo derribó dentro del área y no pudo escapar de la revisión del VAR. Una vez que el silbante Oscar Mejía acreditó la falta, Herrera marcó el empate al engañar al portero Julio González (minuto 37).

Pumas no pudo volver a empezar. Con jugadores que caminaban cabizbajos sobre el terreno de juego, Gorriarán recuperó la pelota en la reanudación, miró al ángulo de González y puso su remate allí para sentenciar la remontada antes del final del primer tiempo (minuto 39). El estruendo de las decenas de aficionados que hicieron el viaje desde Monterrey fue demoledor: Vamos, Tigreees, te quiero veeer, campeóóón, otra veeez.

Nada pudo cambiar la inercia del partido. Por el contrario, los de la UANL buscaron más y lo consiguieron. Herrera asumió de nuevo el papel estelar que otras veces tienen Gignac, Guido Pizarro y compañía. Ante más de 23 mil 700 personas que se dieron cita en el estadio –entre ellas, el auxiliar técnico del Tricolor, Rafael Márquez–, el mexicocubano convirtió el 3-1 luego de un rebote en un tiro de esquina (minuto 59).

Con ello, Tigres no sólo mantuvo el invicto en seis jornadas, sino que además llegó al segundo lugar de la Liga con 14 puntos, dos menos que el líder Cruz Azul.

Para los del Pedregal, en cambio, la situación derivó en silbidos y abucheos, un reclamo que evidenció el fastidio de la gente por sus irregulares resultados. Tras su segunda derrota, se ubican ahora en el noveno sitio con 10 unidades.

El argentino Gustavo Lema, técnico del cuadro azul y oro, marca distancia de aquellos que piensan que su equipo está en crisis. A pesar de la decepción del marcador y de aficionados que piden su salida, sostiene que existen bases para recuperar posiciones. Con esto no alcanza, somos Pumas. Yo estoy más enojado que nadie. Errores hay, se trabajan hasta el hartazgo, pero debemos hacer más. Era un partido t controlado, no quedan excusas. Estamos a seis puntos del líder Cruz Azul, no creo que le hayan dado la copa todavía. Falta mucho.