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Revierte desventaja frente a Guerreros de Oaxaca

Diablos Rojos regresa a una final de la liga después de diez años

Es el campeón de la Zona Sur y ahora jugará la Serie del Rey contra Sultanes de Monterrey

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▲ La novena protagonizó una hazaña épica al resucitar del adverso 3-0 de la serie y conseguir cuatro victorias consecutivas.Foto cortesía Diablos Rojos
 
Periódico La Jornada
Lunes 2 de septiembre de 2024, p. 9

A la diabla significa ganar arañando el borde del precipicio. Ganar cuando parece que todo está perdido, dar un último manotazo que devuelve a la vida. Así, a la diabla, ganaron los escarlatas Del México una serie que llegaron a tener perdida por 3-0. La empataron con una remontada épica el sábado y este domingo, en el estadio Alfredo Harp Helú, vencieron 3 a 2 a los Guerreros de Oaxaca para volver a una final de la Liga Mexicana de Beisbol, después de una década de intentos fallidos.

Fue a la diabla desde el primer juego de la serie hasta el séptimo y definitivo. Los Pingos perdieron los tres primeros partidos para quedar con la serie muy comprometida. Guerreros sólo necesitaba una victoria para avanzar a la final de la liga, pero el rival ha creado una mística en torno a lo que significa resucitar.

Ganaron de forma consecutiva para empatar la serie, con un juego seis de pizarra descabellada en el que lograron remontar el marcador adverso de 9-1 para conseguir una victoria con ribetes épicos que culminó con un 11-10 y obligar al séptimo partido.

El domingo en el Harp Helú, se empezó con prisa, como para ganarle minutos al estado del tiempo, que amenazaba con llover en cualquier momento. El abridor Brooks Hall trabajó durante cinco entradas, en las que recibió seis hits y el daño de dos carreras. Otra vez, los Diablos Rojos estaban abajo en la pizarra cuando en el cuarto rollo les anotaron para dejarlos 2-0.

Si un día antes había logrado una remontada asombrosa, nada impedía soñar que ese par de carreras podían revertirse.

Los ajustes fueron también increíbles, Brooks fue relevado por Trevor Bauer en el montículo de Los Diablos. Un lanzador que suele ser abridor de lujo tenía que enfundarse el uniforme de bombero para rescatar a los escarlatas. Y vaya que mantuvo a raya a los rivales con ese brazo prodigioso.

Ahora la responsabilidad estaba en el ataque de los Rojos si querían seguir con vida. Y respondieron en el séptimo episodio. Ramón Flores pegó un cuadrangular de dos carreras que empató el juego y devolvió la ilusión a los fieles seguidores Del México.

El juego se volvió también un duelo de ajedrez entre los mánagers y sobre el diamante se debatía con los músculos y el cerebro. Ese empate a dos carreras se extendió hasta la parte baja de la novena entrada. Esta serie era perfecta para ganarse a la diabla. En ese noveno capítulo, Ramón Flores, el mismo que bateó el jonrón para empatar, se lesionó al correr a tercera. Salió con lágrimas ante semejante infortunio, pero la almohadilla al menos ya estaba conquistada. Jesús Fabela, una pieza clave para la victoria, entró como relevo a la antesala.

Fue emocionante ver a esa marabunta roja de seguidores de los Diablos. Como una multitudinaria familia infernal se ponían de pie y se daban ánimos, nadie dudaba que su equipo está para realizar hazañas esta temporada. En ese momento y en ese lugar no había espacio para el escepticismo porque los escarlatas habían llegado hasta ahí contradiciendo las tendencias de las estadísticas.

Sólo había un out y Patrick Mazeika llegó a la caja de bateo con el peso de la obligación sobre los hombros. Con los nervios bajo control, conectó un elevado que se fue al fondo del jardín derecho, donde el guardabosques de Guerreros consiguió dejarlo fuera. Pero había que mandar la pelota rápido y demasiado lejos con rumbo al home. Entonces, Fabela no dudó en ejecutar la única jugada que podía salvar a los rojos, un pisa y corre emotivo y enloquecido, corrió eterno por el sendero directo al triunfo, sólo tenía que hacer contacto con la almohadilla para que el equipo volviera a jugar una final de la LMB, la última fue hace 10 años cuando consiguieron el campeonato. Se lanzó de frente con las manos estiradas como si quisiera alcanzar algo vital, y vaya que lo era. Voló en el último tramo y anotó mientras la bola llegaba tarde a la cita y el receptor de Guerreros ya ni siquiera hizo el intento ante lo inevitable.

Diablos Rojos ganó así, a la diabla, el campeonato de la Zona Sur y ahora jugará la Serie del Rey ante los Sultanes de Monterrey a partir del martes. Diez años después volverá a estar en una final y con la posibilidad de ser de nuevo el monarca del beisbol mexicano.