Desvelar y medir
i hemos de admitir, y cómo no, aquello de que mediante el lenguaje es posible mentir, pero el lenguaje no miente, habremos de admitir no menos, y convencidamente, de que en la escritura poética se ejerce el derecho a alcanzar la verdad (simbólica, no lógica, no histórica) que aun sin mentir el lenguaje diario (o especializado, mas no poético) suele ocultarnos tras un –ya denso, ya ligero– velo de neblina. Lejos de incrementarla, aclarar esa neblina es labor del poeta.
El del poema es un lenguaje anormal –más de una vez hemos dicho raro
–, y no por ello no natural. Su naturalidad evade, no contradice, la norma. Es anormal en el sentido en que, también, es alógico u obedece a una lógica particular, la de la imaginación.
Dejando, por higiene, al poema en prosa de lado, podemos afirmar que es práctica mayoritariamente común en nuestros días el verso libre y que la recurrencia a la métrica –no obstante referentes tan altos como, entre nosotros, Muerte sin fin y Piedra de sol–, exceptuado el caso de los cantores, sigue perdiendo terreno. No siempre con ello gana la poesía, es de observar (el término prosa cortada
no nos entusiasma, pero algo dice). Si libre mas no rítmico, no melódico (en un sentido musical general, de algún modo sintáctico; no aludo a tecnicismos específicos), no armónico, el verso tenderá a no ser verso. Carecerá, permítaseme, de poder hipnótico y su afán, el poema, de forma. Sin forma, ¿qué fondo será asible
?
Me pregunto cuántos de los que practican únicamente el llamado verso libre se cuestionan si lo hacen porque ni con la herencia de cientos de años podrían decir lo que dicen, o llanamente porque no podrían o no pueden (o podido no han) con el rigor o un cierto rigor rítmico, métrico, estrófico más o menos regular; vaya el casi arcaísmo: decente.
“La mención de la palabra ‘métrica’ es acogida hoy por la crítica literaria y por los poetas con una mezcla de ignorancia y menosprecio [y eso que] en verso medido está escrita la mayor parte, y quizá la mejor, de la poesía en lengua castellana. Ante las formas antiguas de la literatura y de la cultura, el problema no ha de plantearse en términos de ser o no anticuado, ser o no moderno. […] La inclinación al rechazo de temas y formas anteriores de la literatura debe ser remplazada por la curiosidad de desentrañar obras que se colocan en la cima de la […] literatura universal”. Manuel Matos Moquete.