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Narra Stefania Maurizi el juicio kafkiano de Julian Assange

La periodista italiana publica en español su libro El poder secreto

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▲ Stefania Maurizi con Julian Assange en la embajada de Ecuador en Londres y en una reunión de trabajo en 2012.Foto cortesía de la periodista
 
Periódico La Jornada
Lunes 17 de junio de 2024, p. 5

La salud física y mental de Julian Assange, fundador de Wikileaks, ha quedado completamente devastada, aseveró la periodista de investigación Stefania Maurizi, a propósito de la publicación en español de su libro El poder secreto (Akal).

En entrevista con La Jornada, la autora sostuvo que autoridades estadunidenses y británicas han estado matándolo lentamente, utilizando herramientas legales y una implacable campaña de demonización asistida por la mayoría de los medios de comunicación internacionales.

En el libro, Maurizi, quien ha trabajado como analista de las filtraciones de Wikileaks desde 2008, ahonda en los múltiples mecanismos que el complejo militar industrial, como lo llamó el presidente estadunidense Dwight Eisenhower, ha utilizado para amordazar a Assange y a sus colaboradores.

Su poder e influencia se sienten en todos los rincones del planeta. Los ciudadanos latinoamericanos saben muy bien cómo dicho complejo se ha inmiscuido en sus países, ya que planea guerras, golpes de Estado, asesinatos y graves violaciones a los derechos humanos, precisó.

Además, en su obra narra el juicio kafkiano de Assange bajo el yugo de un poder que es más grande que el aparato de los servicios de inteligencia, la industria armamentística y el ejército, pues incluye a parte de la diplomacia y a grandes empresas como Amazon, Google y su tecnología en la nube.

En mayo pasado, el Tribunal Superior de Gran Bretaña determinó que el fundador de Wikileaks podría presentar un nuevo recurso para evitar su extradición a Estados Unidos. Se le acusa por la publicación de cientos de miles de documentos clasificados del Pentágono, la CIA (Agencia Central de Inteligencia) y la NSA (Agencia de Seguridad Nacional), en los que se revelan masacres de civiles, informes secretos sobre el papel que dichos organismos estadunidenses tuvieron en Afganistán, Irak, así como los registros sobre violaciones sistemáticas a los derechos humanos en Guantánamo.

Estados Unidos, Reino Unido y Suecia se llevaron los mejores años de la vida de Assange, quien perdió su libertad en 2010, cuando tenía 39 años. Hoy tiene 53, así que aunque recupere su libertad nadie le devolverá sus mejores años, aseguró Maurizi, quien actualmente trabaja para el diario italiano Il Fatto Quotidiano.

Su compromiso periodístico le ha costado caro. En febrero de 2020 tuvo que renunciar a la revista L’Espresso y al diario La Repubblica tras haber trabajado en el medio durante 14 años. “No me dieron ningún tipo de asistencia jurídica cuando me espiaron dentro de la embajada de Ecuador y me desatornillaron mi teléfono a escondidas mientras yo estaba con Julian.

Los últimos cuatro años han sido muy duros para mí. Durante la última década Estados Unidos, Reino Unido, Australia y Suecia me han negado la documentación sobre el caso, a pesar de contar con un equipo de siete abogados. ¿Por qué? Porque esos documentos son dinamita. Pero no quiero enfatizar lo que yo he vivido, porque en comparación con lo que ha pasado Julian en los últimos 14 años, mis problemas no son nada.

–¿Cree que la resolución del caso Julian Assange decidirá el futuro de nuestras democracias?

–Estoy absolutamente convencida. Por imperfectas que sean, hasta ahora en las sociedades democráticas tenemos la libertad de revelar la criminalidad del Estado en los niveles más altos, como crímenes de guerra, torturas y ejecuciones extrajudiciales. Bajo ninguna circunstancia debemos permitir que Estados Unidos intimide a los próximos periodistas de Wikileaks que revelen el próximo Asesinato colateral. Tenemos que ganar este caso para mantener la libertad.

–En ese sentido, como menciona usted en su libro, el trabajo de Chelsea Manning fue fundamental.

–Tenemos una tremenda deuda de gratitud con Manning por su valor excepcional. Conocía el riesgo de filtrar el video Asesinato colateral y 700 mil documento clasificados de Estados Unidos sobre sus guerras en Afganistán e Irak, pero no miró a otro lado y envió los documentos a Wikileaks, que le costó pagar un precio insoportable: ocho años de prisión y tres intentos de suicidio”.

–¿Y qué significaría para el fundador de Wikileaks que Donald Trump ganara las próximas elecciones? En su libro, hablando de presidentes de Estados Unidos, pareciera que ni demócratas como Biden u Obama han hecho algo para mejorar su situación.

–La administración Obama mantuvo a Assange bajo investigación durante ocho años, pero al final no acusó a Assange. Según el Washington Post, no encontró una manera de incriminarlo sin acusar a los periodistas de The New York Times y del propio Post.

“Mientras, Trump acusó por primera vez en la historia de Estados Unidos a un periodista por publicar información veraz de interés público. De hecho, en 2017, la CIA, entonces encabezada por Mike Pompeo, hombre de confianza de Trump, ideó planes para utilizar soluciones extrajudiciales para matar o secuestrar al fundador de Wikileaks.

Biden podría haber retirado los cargos contra Assange en cualquier momento, pero no lo ha hecho, así que éste es el último llamado para él y para nosotros, porque si Estados Unidos encarcela a Assange de por vida por revelar crímenes de guerra, será el fin de la libertad de prensa, y sin ella no hay democracia.