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Ovacionan al Presidente y a su inminente sucesora
Enviado
Periódico La Jornada
Sábado 15 de junio de 2024, p. 3

Nueva Rosita, Coah., La expectativa de esta insólita primera gira del presidente Andres Manuel López Obrador y su virtual sucesora, Claudia Sheinbaum, fue correspondida con las ovaciones que la multitud prodigó a ambos durante el encuentro con los deudos de los mineros de Pasta de Conchos.

Satisfecho, la colmó de elogios por su formación académica, honestidad y valores, para después resumirlo en una frase: es lo mejor que le pudo pasar a México en este tiempo.

En el escenario, con una sonrisa nerviosa, de satisfacción, ella saludaba a una multitud que ya coreaba nuevamente: ¡Claudia! ¡Claudia! No hay rastros en la memoria colectiva de un acto en que confluyeran los presidentes saliente y entrante, usualmente distantes en el relevo de poder.

Ambos llegaron en la misma camioneta a la Unidad Deportiva Nueva Rosita, donde prácticamente desde que aparecieron a la distancia fueron aclamados. El clásico estribillo ¡Es un honor estar con Obrador! coexistió con el ¡Claudia! ¡Claudia! con la misma intensidad. Era el relevo generacional en la Cuarta Transformación.

“Es una mujer de convicciones y buenos sentimientos, que es lo más importante para gobernar un país, el que se tenga un buen corazón y se quiera al pueblo (…) Por eso, entre otras cosas, me voy a jubilar y me voy a ir muy tranquilo, muy satisfecho, porque va a quedar el país en buenas manos.”

Último orador, casi al finalizar el acto, en el que ofreció a los deudos de regresar en septiembre, López Obrador aseveró: quedamos que en agosto van a estar allá en Palacio y yo regresó en septiembre. Y ya no voy a invitar a Claudia, porque ella tiene muchísimo trabajo y yo ya estoy entregando. Ella debe hacerse cargo.

Sheinbaum pronunció un discurso centrado en expresar su empatía con los familiares de los mineros atrapados y plantearles la continuidad de los esfuerzos.

“Me siento muy emocionada de estar aquí con ustedes. Gracias por la invitación, presidente Andrés Manuel López Obrador; gracias al gobernador Manolo Jiménez. Siento emociones muy fuertes al estar aquí con ustedes, ver sus miradas, estrechar sus manos…”

Quiso el azar que la primera gira conjunta de López Obrador y Sheinbaum fuera a una de las pocas entidades que aún gobierna el PRI, y Manolo Jiménez lo padeció. Abucheado de principio a fin, su intervención quiso anteponer la civilidad política. Ni un discreto gesto del Presidente pidiendo silencio a la multitud logró acallarla. Un encendido ¡fuera, fuera! precedió a su intervención, en la que agradeció la colaboración del Ejecutivo federal en los pocos meses en que coincidieron ambos gobiernos.

Incómodo momento en el que Jiménez sólo pudo cambiar las expresiones hostiles cuando se sumó al grito ¡Claudia! ¡Claudia!, que salió desde la multitud al momento de referirse a ella para proponerle una estrecha colaboración.

Una sonrisa tímida lo acompañó en todo momento, y sólo se reconfortó cuando, al llegar a su lugar, López Obrador le dio un fuerte abrazo.

Concluido el acto, el Presidente y su virtual sucesora continuaron su gira, ahora en privado, con un encuentro con los familiares de los mineros muertos en El Pinabete, también en Coahuila.